La donación en asistolia, regulada por la Ley 27.447, permitió un trasplante inédito en el país que podría beneficiar a muchos pacientes en espera.
Un niño de dos años recibió un trasplante de hígado obtenido de un donante fallecido en asistolia, un método que implica el cese irreversible de las funciones cardíacas. La intervención fue llevada a cabo con éxito por profesionales del Hospital Garrahan, y fue la primera de este tipo en Argentina y Latinoamérica.
El procedimiento, realizado el pasado 29 de noviembre, fue posible gracias a un equipo multidisciplinario que incluyó a profesionales del Hospital Garrahan y el Hospital Posadas, bajo la coordinación del INCUCAI. Este avance tecnológico y médico permite ampliar las posibilidades de donación en situaciones donde el fallecimiento no se produce por muerte encefálica, lo que podría beneficiar a numerosos pacientes en lista de espera.
La presidenta del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, Soraya El Kik, destacó la relevancia de este logro: “Este hito posiciona al Garrahan como pionero en la implementación de técnicas avanzadas en trasplantes, ofreciendo esperanza a la población pediátrica. Confiamos en que este sea el inicio de muchas intervenciones similares en el futuro”.
El niño trasplantado se encontraba en estado crítico en la terapia intensiva del Hospital Garrahan desde el 20 de noviembre, con una emergencia nacional declarada para encontrar un donante. La cirugía concluyó con éxito el mismo día del procedimiento, y el menor evoluciona favorablemente.
La donación en asistolia
La donación en asistolia, regulada en Argentina por la Ley 27.447, se refiere a la extracción de órganos de personas fallecidas por paro cardiorrespiratorio irreversible. Este enfoque, contemplado dentro del Protocolo de Donación en Asistolia aprobado por la Resolución 327/2023 del INCUCAI, amplía el número de potenciales donantes.
El protocolo establece que este tipo de donación puede aplicarse en pacientes para quienes se decidió el retiro de medidas de soporte vital. El proceso incluye estrictos controles éticos y médicos, respetando la autonomía de los pacientes y sus familias.
En esta primera intervención, se utilizaron técnicas avanzadas, como una bomba de circulación extracorpórea, para mantener la viabilidad de los órganos donados. Además del hígado trasplantado, se ablacionaron otros órganos para evaluar su potencial uso en futuros procedimientos.