Ya salió un nuevo informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda sobre la mujer en el mundo laboral.
Las desigualdades que se presenta entre personas de sexo masculino y femenino son causas directas de una brecha salarial muy grande y las menores posibilidades económicas de las mujeres respecto de los varones.
“En el tercer trimestre de 2021 se redujo la desigualdad de género en el mundo del trabajo.”
Mejoró el acceso de las mujeres al mercado laboral. La tasa de actividad en las mujeres (50,4%) registra su mayor nivel histórico. La brecha de desigualdad respecto a los varones se redujo, pero se mantiene muy elevada (18,5 pp.)
La posibilidad de conseguir un empleo para las mujeres mejoró, pero su acceso continúa siendo más precario que el de los varones. Las brechas en la tasa de subocupación (5,6 p.p.) e informalidad (5,3 p.p.) son las más altas desde 2016.
Las mujeres tienen mayor dificultad de acceder a empleos de calidad ya que dedican en promedio 6,4 hs diarias al trabajo no pago en el hogar. Esta jornada laboral las penaliza económicamene.
Los techos y las paredes de cristal limitaron el desarrollo económico de las mujeres.
Paredes de cristal: Solo 1 de cada 4 personas empleadas en las actividades que impulsan la recuperación (industria, comercio y construcción) es mujer. La mitad de las asalariadas realiza tareas de cuidados
Techos de cristal: Solo 3 de cada 10 personas empleadas en cargos de dirección o jefaturas fueron mujeres
La pobreza de tiempo que sufren las mujeres por asumir el trabajo doméstico y de cuidados no pago es causa directa de la desigualdad de ingresos y la feminización de la pobreza
La EPH nos muestra que del total de personas que realizó tareas en el hogar, el 72% fueron mujeres y solo el 28% varones.
En este marco, las mujeres tuvieron ingresos que en promedio fueron 28,4% menores respecto a lo que percibieron los varones.
7 de cada 10 de las personas más pobres son mujeres.
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