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Saber realizar RCP podría ayudar a salvar 1 vida cada 15 minutos solo en la Argentina

En nuestro país se producen 45 mil muertes súbitas por año, y representan la mitad de todas las muertes por enfermedad cardiovascular. Quien sabe practicar la maniobra tiene un rol fundamental para salvar a un paciente.

Desde la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), en conjunto con la Fundación Cardiológica Argentina, brazo hacia la comunidad de la SAC, recordaron que en un paro cardíaco súbito el corazón se detiene, la persona se desvanece, no responde y deja de respirar. Este episodio requiere que varios factores se conjuguen para lograr una mejor supervivencia.

Se estima que en nuestro país se producen 45 mil muertes súbitas por año, lo que equivale a una cada 15 minutos, y representan la mitad de todas las muertes por enfermedad cardiovascular.

La asociación estadounidense del corazón ha descripto estos factores a través de la metáfora de una cadena formada por 6 eslabones, compuesta por el reconocimiento del paro cardíaco, el llamado a la ambulancia, la realización de RCP, el uso del desfibrilador externo automático (DEA), la atención en la ambulancia y el tratamiento médico definitivo.

De esos eslabones, los cuatro primeros tienen un rol fundamental en lograr que la persona que sufre un paro cardíaco tenga las mejores posibilidades de llegar con vida al hospital.

“Es sustancial destacar el rol de la persona más importante en el manejo de esta situación, que es a quien llamamos ‘el primer respondiente’, un individuo que es testigo de la situación y la reconoce, y decide actuar haciendo reanimación cardiopulmonar (RCP), manteniendo circulando la sangre hasta que llegue la ambulancia. También será quien se asegure de llamar al sistema de emergencias, por sí mismo o pidiendo a otro que lo haga, cumpliendo con el primer paso del eslabón de la cadena”, explicó el Dr. Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo, director del Consejo de Arritmias y Director de Prensa y Comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología.

El comienzo de las compresiones en el centro pecho será el tercer eslabón. Las compresiones deben ser fuertes y rápidas. Fuertes como para hundir por lo menos 5 cm el pecho de la víctima, y rápidas, con una frecuencia de entre 100 y 120 por minuto. Esto logra que la sangre circule. El Dr. Fitz Maurice sugiere recordar la canción ‘Stayin Alive’ de los Bee Gees y mantener su ritmo, ya que coincide con el tempo requerido para las compresiones.

“El cuarto eslabón, es usar un desfibrilador (DEA), que es un dispositivo de muy fácil utilización cuya función es dar una descarga eléctrica (o las que sean necesarias) al pecho de la persona en paro cardíaco. Es de muy fácil manejo y está diseñado especialmente para que cualquier persona lo use, sin necesidad de ser médico. De estar disponible en el lugar, con solo abrirlo o encenderlo el DEA va a dar las instrucciones de uso en español y producirá una descarga eléctrica sobre el paciente solo si corrobora que hay una arritmia (llamada fibrilación ventricular) que es la que está produciendo el paro cardíaco. Cuando el corazón tiene esta alteración grave en su ritmo, deja de latir haciendo que la sangre deje de circular. La descarga eléctrica produce que el corazón deje de temblar, se resetee, y vuelva a funcionar nuevamente”, explicó el Dr. Fabián Gelpi, Secretario de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).

“Es importante señalar que en el 90 por ciento de las veces, los paros cardíacos súbitos se producen por esa alteración en el ritmo del corazón y por cada minuto que se demora la desfibrilación la supervivencia disminuye un 10%. Además, los estudios indican que el 70 por ciento de las muertes súbitas ocurren en el domicilio”, agregó el especialista.

Es difícil que empeore la situación por ayudar

En la Argentina la ley nacional 27.159 (Muerte súbita) en su artículo 11 exime de toda responsabilidad a la persona que se involucra ante un caso de muerte súbita para hacer RCP. Por ello es tan importante involucrarse aprendiendo esta técnica que sabemos que salva vidas. Señala Fabián Gelpi que “en la FCA fomentamos la formación de primeros respondientes dándoles el entrenamiento. Necesitamos vecinos, familiares, compañeros de trabajo que signifiquen la oportunidad de supervivencia del otro”.

“Es difícil que por involucrarse se empeore la situación, porque no hay nada peor que estar muerto, la única manera de empeorar la situación es no involucrándose”, concluyó el Dr. Fitz Maurice.