En el día mundial del corazón, comer saludable, reducir el consumo de sal, realizar actividad física y evitar el tabaco, son las principales recomendaciones.
Los infartos y los ataques cerebrovasculares, entre otros problemas cardiovasculares, representan el 32,5 por ciento de las muertes que ocurren por año en el país, motivo por el cual el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, recomienda a la población, en vísperas del Día Mundial del Corazón, la adopción de hábitos saludables como optar por una dieta balanceada, reducir el consumo de sal, realizar actividad física y evitar el tabaco, para así prevenir los factores de riesgo de estas enfermedades.
Hace dos semanas presentamos los principales resultados de la tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), de la que se desprende que 6 de cada 10 personas tienen exceso de peso y más de la mitad de los argentinos son sedentarios, elementos que pueden determinar la aparición de enfermedades cardíacas. Tenemos un gran desafío para generar políticas intersectoriales efectivas contra la epidemia de la obesidad, promoviendo un incremento en el consumo de frutas y verduras, que sigue siendo bajo y una vida activa, propiciando la regulación de alimentos y entornos saludables’, señaló Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la cartera sanitaria nacional.
La hipertensión arterial es responsable del 45% de los infartos y del 51% de los ataques cerebrovasculares, y su principal factor de riesgo es el consumo excesivo de sal.
De acuerdo con los datos relevados en la última ENFR, se redujo el porcentaje de la población que agrega sal a las comidas después de la cocción o al sentarse a la mesa, pasando del 25,3 de 2009 al 17,3% de 2013. ‘La reducción que observamos en el agregado de sal a las comidas es un cambio cultural muy importante, ya que sabemos que por cada gramo que disminuimos en el consumo de sodio, evitamos 2000 muertes al año por eventos cardiovasculares.
Y agregó que ‘en Argentina el promedio de consumo se encuentra en torno a los 11 gramos diarios por persona, mientras que lo recomendado por la OMS es hasta 5 gramos, por lo que todo comportamiento que uno haga para reducir el consumo de sal -como cocinar con menos sal o no agregarla antes de comer cuando el plato ya está servido-, se traduce en un beneficio para la salud’.