Ante la notoria ausencia del ahora expresidente Jair Bolsonaro, quien viajó a Estados Unidos el pasado viernes, un grupo de personas que representaban al “pueblo brasileño” cumplió con un rol que tradicionalmente debería haber protagonizado él y le entregó la banda presidencial a Luiz Inácio Lula da Silva.
Quien le puso la banda fue Aline Sousa, una mujer negra de 33 años, y cartonera desde los 14 años . Preside una red de cooperativas de cartoneras y es una de las articuladoras nacionales del movimiento.
La de hoy fue la primera vez desde 1985 que un presidente saliente no entregó la banda presidencial a su sucesor. Ese año, el último presidente de la última dictadura militar, el general Joao Figueiredo, se rehusó a participar en la ceremonia de investidura de José Sarney, quien recibió la banda de parte de un funcionario del Planalto, según reportes de época de O Globo.
La transmisión de la banda presidencial es sólo un acto simbólico. El único requisito es que el ganador de la elección jure respeto a la Constitución en el Congreso.