La vacuna rusa Sputnik V, la primera aprobada en la Argentina y el suero con el que se comenzó a engrosar la campaña nacional de vacunación contra el covid-19 en sus inicios, continúa sin ser admitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una señal que mantiene en vilo al país ya que la aprobación final del organismo sanitario internacional supone una legitimación total del inoculante ruso.
Según informó Jarbas Barbosa, el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la filial en la región de la OMS, el organismo detectó problemas en una planta de fabricación de la Sputnik V ubicada en la ciudad rusa de Ufa, la cual indicaron que no cumple con los más altos estándares de producción.
Así se expresó el brasileño Barbosa la semana pasada: “El proceso para el listado de uso de emergencia (EUL) del Sputnik V se suspendió porque mientras inspeccionaban una de las plantas donde se fabricaba la vacuna, encontraron que la planta no estaba de acuerdo con las mejores prácticas de fabricación”.
En su momento, luego de una visita de representantes de la OMS a la fábrica de Pharmstandard en la ciudad de Ufa, el organismo internacional indicó que sus emisarios observaron problemas con la “implementación de medidas adecuadas para mitigar los riesgos de contaminación cruzada”.
Luego de esto, según los estándares de la OMS; la cual debe demostrar que los sitios donde se fabrican las vacunas están de acuerdo con las mejores prácticas, la Sputnik V continuaba bajo revisión y el organismo sanitario aguardaba para realizar una nueva inspección para certificar finalmente el suero ruso.
En este marco, desde la farmacéutica indicaron en un comunicado publicado en junio que la controversia había sido resuelta mientras destacaron que la OMS nunca puso en duda la efectividad o la seguridad de la vacuna.
Según Pharmstandard, la OMS no identificó ningún problema crítico, razón por la cual desde el laboratorio invitaron al organismo a realizar una nueva inspección: “Seguimos siendo completamente transparentes y continuaremos con el proceso de precalificación de la OMS”, aseguraron en su momento.
Sin embargo, ahora la OMS ha suspendido el proceso de aprobación que Rusia solicitó comenzar en febrero del 2021, mes es el que la nación de Vladimir Putin también extendió el pedido a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), organismo que tampoco ha aprobado el suero.
Ambas solicitudes y sus posteriores investigaciones surgieron a raíz de un estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet la cual indicó que la Sputnik V tiene una eficacia del 91,6% para prevenir la infección con el virus.
Ahora, esta semana este proceso ha sido suspendido luego de que la Organización Mundial de la Salud -al igual que la EMA- indicaran la falta de información completa que observaron en el proceso de producción de la Sputnik.
Según Barbosa, “cualquier fabricante de vacunas que desee ser aprobado por la OMS debe presentar toda la información sobre la calidad y el proceso de fabricación”, por lo que los fabricantes del suero ruso desarrollado por el Instituto Gamaleya deben “demostrar que los sitios donde se fabrican las vacunas están de acuerdo con las mejores prácticas”.
“El productor debe tomar esto en cuenta, hacer los cambios necesarios y estar listo para nuevas inspecciones. La OMS está esperando que el fabricante envíe la noticia de que su planta cumple con el código”, agregó Barbosa.
Así, la certificación total de la Sputnik V aún no se ha aprobado y los ciudadanos de los 70 países en los que se aplica la vacuna -la Argentina incluida- aún esperan el visto bueno de la autoridad sanitaria para poder viajar ya que el hecho de que el inoculante ruso no haya sido aprobado por la OMS le cierra las fronteras de una variedad de países a quienes recibieron esa vacuna.
Por ejemplo, Estados Unidos anunció esta semana que volverá a recibir turistas de unos 33 países, entre ellos China, Brasil y varias naciones europeas cuyos habitantes tenían su ingreso al país vetado completamente antes de esta medida.