Mujeres y trans travestis renuevan su reclamo para enfrentar la violencia machista y si bien afirman que el 3J significó una bisagra que instaló la agenda de los feminismos en el centro del debate público, aún hay mucho porqué luchar. El Movimiento Feminista San Francisco emitió un comunicado.
Por el contexto de pandemia, no habrá marcha este año ni concentración en la Plaza Cívica, no obstante, el movimiento feminista en San Francisco viene desarrollando una serie de actividades virtuales y durante la jornada de hoy presentará un video en las redes sociales para visibilizar una vez más el grito de Ni Una Menos.
El trabajo se hizo en colaboración con el grupo Manada Teatro y podrá verse a través de Youtube y las redes sociales del Movimiento Feminista en Facebook e Instagram., una fecha que fue el puntapié de la movilización feminista en nuestra región, hoy no venimos a exigir, venimos a poner sobre la mesa las violencias que se nos hacen cuerpo, carne, nos cuesta la vida; y no se pueden seguir ignorando por la sociedad, las instituciones y los gobiernos”, empieza el texto.
“A seis años de la primera marcha, nos encontramos en un escenario donde no queremos ni podemos ser nuestras propias salvadoras como se nos exige. -sigue-. Los femicidios son el último eslabón de un sinfín de violencias, no sólo físicas, sino psicológicas, económicas, simbólicas, sexuales; porque si algo deja en claro la Ley 26.485 es que la violencia que se ejerce sobre las mujeres, lesbianas, trans y travestis se dan de múltiples maneras, y en cualquier ámbito, público y privado, dejando atrás el viejo paradigma de que sólo ocurre en el ámbito familiar”.
“Esas violencias casi invisibles son conceptos culturales e históricos que venimos arrastrando de siglos y podemos verlas reflejadas en los estereotipos y los roles, la brecha salarial, el trabajo no remunerado ni reconocido en el hogar, la feminización de la pobreza, los 35 años como esperanza de vida de las personas trans y su falta de acceso al trabajo digno sin estar expuestos a peligros como le sucedió a Tehuel”.
“Si miramos las estadísticas de los femicidios ocurridos en este año vamos a encontrar un patrón: la mayoría de las mujeres asesinadas contaban con medidas de protección emitidas por jueces pero no fueron suficientes. No queremos que las causas queden cajoneadas ni existan obstáculos burocráticos para mujeres y disidencias en situaciones de violencia. Es necesario crear instancias de detección de esos varones violentos y de todo el sistema judicial que sigue perpetrando y reproduciendo la impunidad”.
“¿Qué entendemos por violencia? ¿Qué cosas se nos cruzan en la cabeza cuando hablamos de víctimas y victimarios? Además de exigirle al Estado, ¿qué hacemos nosotrxs mismos para cambiar algo? Si repudiamos los actos de violencia y discriminación, ¿por qué no trasladamos esas acciones a nuestro hacer diario, nuestros vínculos, nuestros espacios? A pesar de todo esto, no queremos caer en el mandato del empoderamiento, donde tenemos que ser las educadoras de feminismo, las que frenan y visibilizan todo el tiempo las situaciones en ámbitos donde transcurrimos nuestra cotidianeidad y que, mayormente, son sitios donde nos encontramos en una situación de vulnerabilidad”, continúa el comunicado.
“Cuidarnos en manada, agruparnos y organizarnos es la respuesta para no frenar. Encontrarnos en este mundo violento y feroz nos sostiene y nos salva”, cota y finaliza con un “Ni una menos, vivas, libres y sin miedo nos queremos”.
Belén Lencina, referente del movimiento feminista, explicó que “con este escrito quisimos resaltar lo que significó el Ni Una Menos impulsado a partir del femicidio de ‘Marita’ Lanzetti” en ocurrido en 2015 en San Francisco.
“A partir de allí empezamos a movilizarnos y organizarnos. Si hacemos un análisis de lo ocurrido en los últimos cinco años, vemos que pudimos avanzar en muchas cosas”, rescató Lencina y mencionó que consiguieron “muchas leyes” y un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “Todo esto se pudo lograr por medio del movimiento feminista y el Ni Una Menos”.
A nivel local, dijo que “el cambio se logró también a través de la puesta en marcha de comisiones de género y diversidad en todos los espacios de trabajo, el Consejo Municipal de la Mujer, el Polo Integral de la Mujer y diferentes instituciones donde se trabaja por esta problemática”.
“Hoy, el movimiento feminista está compuesto por muchísimas personas que estamos en red con organizaciones provinciales y nacionales. Ese tejido de redes nos permitió movernos de una manera más colectiva y avanzar hacia los mismos puntos”, reflexionó Lencina.