Con 35 años, es el mandatario más joven de la historia. Sus desafíos: la violencia y el desempleo.
QUITO, Ecuador. El empresario Daniel Noboa juró ayer como nuevo presidente de Ecuador, en un acto en el que reclamó que no se lo ubique “en los viejos paradigmas políticos”, se pronunció por un Estado que haga “del progreso una costumbre” y dejó en claro que “la tarea es dura y difícil y los días son pocos”.
La referencia alude a que sólo estará al frente del Ejecutivo los 17 meses que faltan hasta completar el mandato del ahora expresidente Guillermo Lasso, que ayer tuvo su último acto como jefe de Estado ante la misma Asamblea Nacional (AN, Parlamento) cuya disolución dispuso en mayo pasado.
“Pocos candidatos estaban dispuestos a tomar el riesgo de esta elección. Por el bien de Ecuador, y porque tengo una visión renovada y joven, me lancé a la Presidencia sin dudarlo. Soy un hombre libre y pragmático que busca mejorar la vida de los ecuatorianos”, subrayó Noboa, que con 35 años se convirtió en el presidente más joven de la historia democrática de Ecuador, en un discurso de apenas 7 minutos y medio.
En el Salón Plenario “Nela Martínez” de la AN y ante unos 600 invitados, ya con la banda tricolor cruzada sobre su pecho, Noboa instó a la ciudadanía a “trabajar en conjunto para acabar con el enemigo en común: la violencia y la miseria”.
Para eso, llamó a construir “un Estado que tenga como primer objetivo reducir la violencia y hacer del progreso una costumbre” y dejó en claro que la tarea contra la inseguridad debe darse con la creación de empleo. “Para combatir la violencia hay que atacar la desocupación y para ello enviaremos reformas urgentes al Legislativo”.