El analista se refirió a los candidatos y a cómo empezaron a posicionarse a medida que avanza el calendario hacia el 22 de octubre. Señala cómo un hecho de esta semana muestra a Massa y Milei tras un mismo objetivo. Bullrich y el centro.
El analista político Lucas Romero se refirió en un diálogo con EL LIBERAL, a los candidatos presidenciales que buscan fortalecer sus posiciones y llegar con sus propuestas con las mejores chances electorales para la elección de octubre, tras el golpe político que significó la irrupción de Javier Milei en las Primarias.
El politólogo comentó sobre los cambios que empezó a experimentar Milei, los gestos con Massa y también al lugar “incómodo” que ocupa la candidata de JxC, Patricia Bullrich.
¿Hay un entendimiento, no en lo discursivo sino en los hechos, entre Milei y Massa?
Sí, sin necesidad de coordinar acciones, porque no es necesario para ambos, pero teniendo ambos el mismo interés. Tanto Massa como Milei tienen el interés de que la segunda vuelta sea con el otro. Es decir, a Massa le conviene que la segunda vuelta sea con Milei y a Milei le conviene que la segunda vuelta sea con Massa. Naturalmente, ambos van a tratar de trabajar para favorecer ese escenario y ahí la perjudicada es Bullrich. La escena que vimos el martes en Diputados –en el tratamiento de Ganancias- es bien ilustrativa de esto. Porque sin necesidad de coordinar acciones, Milei sabía que favoreciendo el tratamiento del proyecto podía dejar descolocado a Juntos por el Cambio en relación a que, inicialmente, algunos diputados de ese espacio habían impulsado la idea de discutir este proyecto, pero su candidata a presidente (Bullrich) salió a manifestarse en contra. Este evento demuestra que sin necesidad de coordinar acciones, tanto Milei como Massa pueden jugar en equipo, para tratar de auspiciar el escenario que más los favorece: Un enfrentamiento entre ambos en una eventual segunda vuelta.
¿Por qué Milei, que se pronunció contra la “casta”, empezó a reunirse con sindicalistas que llevan décadas en esos lugares?
Desde el 13/8 para acá estamos viendo a otro Milei. Todos lo vemos distinto porque ahora lo vemos como un candidato que tiene reales chances y él mismo se debe estar viendo distinto: Se ve con chances reales de ganar la elección. Y como se ve así, empieza a evaluar qué cosas le convienen. Pero en un contexto de extrema debilidad política en el que estaría si ganara la elección. Porque no tiene diputados, no tiene senadores y no va a poder conseguir los que necesitaría para gobernar. Es entendible que intente algún acercamiento hacia otros actores no políticos partidarios que pudieran favorecer las condiciones de gobernabilidad o en todo caso, ayudarlo a sortear alguna de las restricciones que la propia realidad y el propio marco institucional le van a plantear a la hora de gobernar. Sería un presidente que, en caso de ganar la elección, estaría en condiciones de extrema debilidad. El acercamiento hacia algunos jerarcas o líderes sindicales tiene que ver con esta necesidad de empezar a construir condiciones de gobernabilidad del modo que sea. A través de acuerdos políticos partidarios en el ámbito legislativo, pero también con otros actores que son determinantes para favorecer mejores circunstancias de gobernabilidad para un eventual presidente.
¿Bullrich tendrá que esforzarse en otros temas más allá de la Seguridad para captar más votos?
El problema de Bullrich no es tanto lo que dice, sino en el lugar en el que quedó, en el medio. Un lugar que siempre es complicado para la dinámica política, sobre todo si es débil. Si es un medio fuerte, la fortaleza del centro, ocupado por un actor, neutraliza los riesgos de polarización centrífuga, lo cual significa que el proceso esté conducido por la puja o la pelea entre los dos actores que se ubican en los extremos del espectro. Esto funciona como en el secador de ropa. Cuando la ropa está en el centro del tambor, hay un centro fuerte, sólido. Entonces, la dinámica centrífuga se neutraliza. Cuando la ropa está en los costados del tambor, eso favorece la dinámica centrífuga en vez de al centro. Y a Bullrich le está pasando esto. Sus dos rivales se buscan para polarizar, porque se necesitan, y en algún punto intentan sustraerle votos a Bullrich, porque parte del voto disponible de Massa y de Milei lo tiene Bullrich. Esto se vio claramente en la discusión por Ganancias. Algún sector, de JxC, sostenía posiciones más cercanas al oficialismo, pero otro más cercanas a Milei.
¿Se nota alguna estrategia de Bullrich para salir de ese escenario?
Bullrich necesita revertir esta situación. En primer lugar retener los votos de Larreta, y allí estamos viendo muchas dificultades. En la medida en que Bullrich retuviese los votos de Larreta, podría garantizar mayor fortaleza al centro y evitar la polarización centrífuga, pero esto no lo está pudiendo lograr. Primero tuvo que anunciar un vocero económico por sus dificultades para traducir o transmitir su propuesta económica, y la verdad es que los temas de seguridad no son temas dominantes o principales preocupaciones de los argentinos, hoy las preocupaciones son económicas. Y allí Milei tiene mucha más fortaleza.
Entonces, no termina de ser muy inteligente la estrategia de Bullrich de confrontar con el kirchnerismo, cuando en realidad tiene el riesgo de que su rival opositor termine capitalizando una mejor representación de esa demanda opositora de cambio que ella. Y no está viendo una estrategia inteligente de cómo sortear el desafío Milei. Bullrich hoy está corriendo desde atrás en esa pelea por ingresar a un balotage que hoy nos muestra un escenario mucho más probable, una segunda vuelta entre Javier Mileis y Sergio Massa.
¿Entre quienes se percibe el escenario de balotaje?
Hoy estamos viendo un escenario de segunda vuelta, no estamos viendo todavía que Milei reúna los apoyos para ganar en primera vuelta, y el escenario más probable de segunda vuelta es el de Javier Milei y Sergio Massa. Esto es producto de que Massa está logrando capitalizar de mejor modo el lugar en donde quedó, que es bastante huérfano, no hay competidores alrededor de Massa, su radio de voto disponible está carente de un contrincante o de un competidor y todo ese radio es muy refractario a las figuras de Bullrich y de Milei. Por eso Massa todo el tiempo buscó esta escena: La de Bullrich imponiéndose a Larreta y dejándole bastante más disponible el centro del espectro y con posibilidad de capturar a esos votantes, ya no por simpatía sino por rechazo a lo alternativo. Como sus dos rivales se parecen bastante, Massa ha logrado consolidar un nivel de apoyos que hoy le estaría permitiendo acceder a una segunda vuelta. Después vemos muy desafiante el tránsito de Massa hacia esa segunda vuelta porque le está costando juntar mucho más votos de los de la primera vuelta. Por eso Massa se vuelve un competidor poco competitivo frente a Bullrich y frente a Milei. Pero lo cierto es que el escenario más probable es de confrontación con Milei. Milei hoy tiene ventaja sobre Bullrich y sería un candidato competitivo frente a Massa que estaría en condiciones de ganar, de juntar el 50% más uno de los votos para poder imponerse en una segunda vuelta frente a un candidato oficialista que tiene esta restricción de tener una fuerte demanda de cambio de un electorado que se inclina más por el cambio que por la continuidad de Massa.
Si Massa no llega, ¿quién será la primera oposición en el proximo Gobierno?
Habrá una redefinición de los liderazgos. No creo que el liderazgo de Massa sobreviva a este desenlace. El peronismo tendrá en los gobernadores que queden en pie a sus principales voces en el campo opositor. Y sumaría las voces del Kirchnerismo: Cristina Kirchner, Wado de Pedro, Máximo y Axel Kicillof obviamente.