Cumpliendo con una rutina que viene de lejos, Mauricio Macri decidió que su primer cumpleaños como presidente, el número 57, sea en familia, lejos de los flashes y el alto perfil, en la provincia donde obtuvo los votos más trascendentes para llegar a la Casa Rosada.
Sin personal de ceremonial ni de protocolo, al margen de la seguridad presidencial que controlará todo a prudente distancia, el Presidente pasará hoy su día junto a su esposa, Juliana Awada, sus cuatro hijos (tres de un matrimonio anterior y la pequeña Antonia) y algunos amigos, según confirmaron dos fuentes del entorno presidencial.
El lugar elegido: el paisaje serrano del exclusivo Hotel Estancia La Paz, en la localidad cordobesa de Ascochinga, donde Macri ya pasó varias de sus vacaciones con sus hijos Agustina, Gimena y Francisco en sus épocas de presidente de Boca Juniors y, más cerca en el tiempo, de jefe de gobierno porteño.
“Él quiso que fuera así, sin demasiada gente, en familia”, justificó un alto funcionario que ayer organizó la frustrada visita del Presidente para el aniversario del Combate de San Lorenzo, en Santa Fe. La postergación de la visita oficial del primer ministro italiano, Matteo Renzi, que estará en Buenos Aires el próximo martes 16, liberó la agenda presidencial de otros compromisos.
Costumbre
Otro funcionario actual, que lo acompaña desde su gestión porteña, recordó que el hoy presidente pasó sus últimos cumpleaños en Villa La Angostura, también rodeado de su círculo íntimo y sin obligaciones protocolares a la vista. Tener momentos de intimidad con sus hijos (y no sólo con Antonia) es “central” para el Presidente. Aunque no los ve mucho (tienen un bajísimo perfil y oscilan entre el país y el exterior) la preocupación es constante: sobre Gimena, por ejemplo, Macri expresó su preocupación porque “tiene 34 y está sin novio” en medio de un acto en Tandil.
¿Por qué en Córdoba? Un funcionario le da sintonía política. “Los votos de los cordobeses nos permitieron llegar a la presidencia”, afirma el joven funcionario. Otro referente con pasado legislativo coincide, aunque cree que Córdoba corre pareja con Jujuy, provincia en la que Macri estuvo el sábado para su acto con gobernadores peronistas y radicales.
Lo cierto es que el hotel boutique cinco estrellas en el que está alojado reúne varias condiciones. Además de la belleza de su parque, diseñado por el paisajista francés Charles Thays a pedido del dos veces presidente Julio A. Roca (que solía descansar en el mismo predio), el Presidente podrá jugar al golf en una cancha colindante con el complejo o nadar en la primera pileta olímpica de la provincia, que también mandó a construir el ex presidente. “Y las condiciones de seguridad para él allí son ideales, no puede quedarse en un hotel común”, razonan desde una secretaría.
Más allá de la familia, cerca de Macri confirmaron a este diario que habrá presencia algunos amigos cercanos con los que compartió su pasado en el colegio Cardenal Newman, como José Torello, Pablo Clusellas (ambos hoy parte del Gobierno), además de Federico de Achával y Gastón Gitar.
Varios de ellos ya llegaron ayer con sus familias a pasar la noche en el hotel cordobés, al igual que Daniel Awada, hermano menor de Juliana y uno de los habitués en el paddle de cada sábado junto a Macri en la quinta Los Abrojos, de Malvinas Argentinas. Para el mediodía, Macri espera al golfista y actual intendente de la vecina Villa Allende, Eduardo “Gato” Romero, quien podría sumarse al almuerzo y, si el tiempo lo permite, también compartir ese juego.
No habrá delegaciones de funcionarios en “procesión” hasta Ascochinga para saludar al “jefe” ni regalos ostentosos, aseguran cerca del primer mandatario, recelosos de la imagen que podría proyectar hacia la sociedad alguna práctica similar a la de presidentes peronistas como Carlos Menem, que celebraban sin complejos cada ocasión que así lo ameritaba.
Afectos a los mensajes vía Facebook o Twitter, desde el equipo de comunicación presidencial no descartan la difusión vía redes sociales del cumpleaños del Presidente. “Que el país recupere el diálogo, la serenidad, la convivencia pacífica, el sentido común”, pidió hace tres años, cuando la presidencia era una quimera. Se reservó para sí los deseos de hoy junto a las velitas y la torta.