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Hasta el lunes próximo será la “Semana de la No dulzura”

Desde ayer y hasta el lunes 31 de este mes, se celebra la quinta edición de la “Semana de la NO dulzura”, una campaña de bien público que emergió en 2019 con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de moderar el consumo de azúcar y promover una mejor educación alimenticia.

Este año, el lema de la campaña es “Aclarar la dulce confusión” brindando información de calidad sobre el azúcar y los edulcorantes químicos.

Según estudios recientes, Argentina lidera el consumo de azúcar de la región cuadruplicando los gramos de azúcar diarios por habitante recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Disminuir este consumo excesivo es clave para luchar contra el crecimiento de la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas (como la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y enfermedades cerebrovasculares) que son la primera causa de muerte en el país.

Este año el objetivo de la campaña es brindar información sobre el azúcar y los edulcorantes químicos. Algunos acontecimientos actualizaron la confusión de la ciudadanía sobre qué tipo de endulzante elegir, cuánto agregar y qué tan perjudiciales son para la salud.

Primero, la aparición masiva en góndolas de los octógonos negros que en los envases advierten del exceso de ingredientes críticos, entre estos el azúcar, a partir de la implementación de la Ley de Etiquetado Frontal. Tal como interpretan la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Fundación Interamericana del Corazón (FIC) o Unicef este sistema de etiquetado sirve para reducir la ingesta de ingredientes críticos en América Latina con advertencias visibles y fáciles. Sin embargo, como indican experiencias previas, es fundamental que se acompañe las advertencias con una campaña educativa e información complementaria clara para la ciudadanía.

También se pone el acento en el uso de edulcorantes

Un segundo sello en los envases de algunos alimentos, advierte sobre la presencia de edulcorantes no recomendables para niños, y tercero, que en mayo de este año la OMS desaconsejó el consumo de muchos de los edulcorantes químicos sintetizados basándose en estudios que suman evidencias sobre su impacto negativo en la salud.

“La solución no es sustituir azúcares por otra cosa peor como una síntesis química, que eleva el registro de dulzor del paladar, promueve la alimentación empaquetada, daña la salud en formas insospechadas y no aportan ningún nutriente. Tampoco es la supresión total o demonización del azúcar sino quitarle protagonismo, bajar sustancialmente el registro de dulzor, volver a las dosis naturales”, explica Lic. en Nutrición Antonella Robledo Irigoyen.

“Una cosa que se debe hablar, es que debemos sumar educación alimentaria en los 3 niveles educativos: jardín, primaria y secundaria, buscando que se vea con naturalidad, la información que brindan las etiquetas en los envases, entre otras cosas”, añadió la especialista.