Mahmoud Ruslan contó que el pequeño, rescatado entre los escombros, no dijo una palabra y tampoco lloró. “Me afectó mucho porque estaba en silencio”, recordó.
El pequeño Omran Dagnees, rescatado tras el bombardeo de su casa en las cercanías de Aleppo, no dijo una palabra y tampoco lloró, contó el fotógrafo que inmortalizó su imagen.
Mahmoud Ruslan, a pesar de ser un fotógrafo de guerra y de haber visto, por tanto, situaciones dramáticas, lloró mucho al fijar su vista en el niño. Su foto está hoy en la primera plana de los diarios más importantes del mundo.
“Espero que todas las fotos de los niños y de los bombardeos en Siria se conviertan en virales, de modo que todo el mundo sepa qué significa vivir aquí”, dijo Ruslan a la prensa. El reportero gráfico, cuyo relato publicó hoy el diario Telegraph, se encontraba a 300 metros del lugar donde cayeron las bombas.
“Lo primero que vi fueron tres cuerpos tendidos en el suelo, que de a poco eran cargados en una ambulancia. Eran los vecinos de la familia Omran”, expresó. El fotógrafo dijo que el edificio quedó completamente destruido. “Los seis pisos no eran más que restos de cosas y escombros.
Inmediatamente después vi otro edificio casi destruído, era la casa de Omran”, relató. Los socorristas, los Cascos Blancos, trabajaban para rescatar a los heridos. Ruslan se unió a ellos para ayudarlos. El primer sobreviviente hallado fue Omran y el fotógrafo comenzó a filmar. Más tarde supo que el niño tiene solo cuatro años.
Los socorristas lo cargaron en la ambulancia y cuando Ruslan advirtió que el pequeño estaba traumatizado dejó de filmar y comenzó a tomarle fotos. “Mis lágrimas comenzaron a caer cuando tomé la primera foto.
No es la primera vez que lloro, lo he hecho muchas veces al fotografiar a niños traumatizados. Los fotógrafos de guerra lloramos muy a menudo”, admitió. Pero, por algún motivo, la situación de ese niño fue diferente. Más dura. “Omran me afectó mucho porque estaba en silencio. No lloraba.
No dijo una sola palabra. Estaba en shock. Pensé en mi hija de siete años, podría ser ella. Podría ser cualquier niño de Aleppo o de Siria”, sostuvo. Los Cascos Blancos socorrieron a otros miembros de la familia del pequeño.
Gracias a Dios, toda la familia está a salvo. Su madre sufrió algunas heridas en una pierna y su padre, en la cabeza. Su hermana de 7 años fue intervenida quirúrgicamente y ya está mejor”, relató el fotógrafo.
“Hoy me desperté y vi que todo el mundo tomó esa foto y habla de ella. Eso está muy bien, porque si la gente ve estas cosas, tal vez la guerra termine. Quizás, Omran y mi hija, Amal, puedan vivir una vida normal, como todos los niños del mundo”, concluyó.