Otro gesto del Sumo Pontífice hacia la dirigente social. El emisario fue Enrique Palmeyro, colaborador del Papa e integrante de la red Scholas Occurrentes.
Antes de iniciar su visita a México, el papa Francisco tuvo un gesto especial con la dirigente social argentina Milagro Sala a través de un estrecho colaborador. El Pontífice envió un rosario bendecido y le hizo saber a la líder de Tupac Amaru que está “preocupado por su situación”.
Sala está detenida en Jujuy desde el 16 de enero. Las autoridades la encarcelaron por organizar un campamento frente a la sede de gobierno provincial, pero luego le imputaron un delito más grave que impide su liberación: asociación ilícita, fraude y extorsión. La militante ultrakirchnerista acumula además un extenso prontuario de denuncias en su contra, incluso por narcotráfico.
Para hacerle llegar su respaldo a Sala, Francisco eligió a Enrique Palmeyro, un argentino de su extrema confianza y número dos de Scholas Occurrentes, el proyecto educativo que se inició en el Arzobispado de Buenos Aires y hoy trabaja a escala mundial.
El lunes pasado, luego de llegar desde el Vaticano, Palmeyro visitó el campamento que distintas organizaciones sociales montaron en Plaza de Mayo para pedir la liberación de Sala. Preguntó por Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador nacional de la Tupac Amaru, pero no lo encontró. Finalmente habló con otros allegados a la diputada del Parlasur y allí transmitió el mensaje de Francisco.
El rosario que Francisco le envió a Sala todavía no llegó a la celda de Sala, pero sí está colgado en una pared otro similar que el Santo Padre le había regalado a la militante ultrakirchnerista en 2014, durante un encuentro que mantuvieron en la Santa Sede.
El domingo Sala volvió a escribir en su muro de Facebook, esta vez sobre la espiritualidad. Si bien no se refirió puntualmente al mensaje de Francisco, pero sí recordó el encuentro con el Pontífice de 2014. “El Papa es un buen hombre. Es un hombre que cumple su palabra”, aseguró.
Desde que Sala fue detenida, la Iglesia Católica ha tenido varios gestos de acercamiento a la dirigente social. El primero fue a través de un grupo de sacerdotes que ofició una misa en Plaza de Mayo para pedir su liberación. El segundo fue algo más que discursivo: el obispo Jorge Lozano de la Comisión Pastoral Social, medió ante el Gobierno para propiciar un encuentro en Casa Rosada que se realizó la primera semana de febrero.
Pese a ello, el poder político aún no ha terciado a su favor. El viernes 12 de febrero, la Justicia volvió a rechazar un pedido de excarcelación que formularon sus abogados. Y el presidente Mauricio Macri siempre ha mantenido críticas fuertes a las ilegalidades que acumula Sala en su curriculum.