“En Mar del Plata no hay ni ladrones. El otro día salí a comer con mis compañeros y bromeábamos con eso”, le cuenta Jorge Carna Crivelli a Teleshow minutos después del anuncio oficial de que la obra que protagoniza se levanta este fin de semana. “Informamos que el espectáculo “Los cuatro fantásticos del humor” realizará las funciones previstas esta semana en el teatro Atlas de Mar del Plata, despidiéndose de la temporada anticipadamente el domingo 17 de enero”, anunció la cuenta de Multiteatro, que engloba la sala.
Con Diego Pérez, Alacrán y Alfredo Silva, hasta que termine la semana el actor le pondrá el cuerpo al espectáculo de humor que se presenta en La Feliz. “Hay muy poca gente. La ciudad está vacía. El flujo que trae los sindicatos no está. Se nota incluso por la cantidad de policías. Sólo están los que vienen a controlar por la pandemia”, asegura Carna acerca de una temporada distinta a todas. “Además, creo que la gente tiene miedo de ir al teatro. A pesar de que van a cervecerías y están a medio metro… ¡No lo entiendo! Vi la obra de Dayub y, al igual que nosotros, la distancia que llevamos es de dos metros y medio. En los teatros mantenemos distancia social. Tomamos todos los cuidados. Se toma la temperatura y hay alcohol en gel disponible. Es muy baja la posibilidad de que te contagies en el teatro”, agrega el actor que tiene más de dos décadas haciendo humor.
“Es muy triste que nos pase este. Darío Arellano, que es nuestro productor, hizo un esfuerzo enorme. Al igual que Carlos Rottemberg. Pero hay que seguir remándola. Lo hago por todos los que la pasan peor que nosotros. Al menos tenemos salud…”, reflexiona Carna. Y agrega más datos: “El año pasado hice acá la obra Mi mujer se llama Mauricio y ni en marzo había tan poca gente como ahora. Ayer fui a tomar un café a Güemes a las doce del mediodía y no había nadie. Podía venir un Scania y estacionar donde quisiera. Me mata porque amo profundamente esta ciudad”.
Con la posibilidad de hacer radio gracias a dos auspiciantes, el actor seguirá un tiempo más con su familia. “Nos vamos a quedar hasta fin de febrero y ¡a seguir luchándola! Mi mujer tiene laburo y le va muy bien. Ella me salvó el año pasado… Eso ayuda desde lo moral, además de lo económico. Porque esto es un cachetazo”, apunta y se quiebra para luego agregar: “Pero hay gente que está peor”.