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“Esta economía ya va a una velocidad inflacionaria mucho más alta de la que tenía hace un mes y eso es peligroso”

Señaló que vienen días de “alta tensión” y “turbulencias” en el escenario cambiario pero también en la economía diaria, con una inflación creciente y no descartó la posibilidad de una nueva devaluación si el gobierno no logra sostener el dólar a $350 como quedó tras la devaluación posterior a las Paso.

Cómo definirías el momento actual de la economía?

Es un momento de la Argentina muy especial, porque de alguna manera se han acumulado muchos desequilibrios en los últimos años. Tenemos una economía que no crece desde hace 12 años, que cada vez tiene más inflación, más deterioro económico y social, con lo cual es un momento muy particular de la economía argentina. Porque a todo este cuadro estructural se le agrega un 2023 con una sequía histórica, con muchos problemas cambiarios, con altísima inflación y encima elecciones presidenciales, y esto explica hoy, cómo en la Argentina están conviviendo dos fenómenos en simultáneo: Por un lado un problema económico y en simultáneo un problema político, y estas dos cuestiones se están retroalimentando. Es un momento de alta tensión, de alta incertidumbre para la Argentina, y en este contexto, este Congreso Económico ExpoEFI lo que trata de hacer es, marcar la cancha de dónde estamos y hacia dónde vamos, que sirva como una especie de brújula para bajar un poco el nivel de incertidumbre que estamos manejando.

¿Dónde estamos parados y qué es lo que nos espera de aquí a fin de año?

Esta retroalimentación de la crisis política y económica en simultáneo tiene un pre requisito: hay que empezar a arreglar la economía y estabilizarla, pero para arreglar la economía primero hay que arreglar la política. La política se va a arreglar recién en las urnas, ahí es donde tenemos un tiempo o un puente largo, hasta octubre, hasta el 20 de octubre son casi 60 días, y después si hay balotage hay 30 días más, son tres meses en la cual la imposibilidad de empezar a arreglar los problemas de fondo en la economía, producto del calendario electoral, de las elecciones presidenciales, probablemente agiten un poco más el escenario en estos próximos meses. Yo me imagino que tendremos por delante dos o tres meses de mucha turbulencia en el frente cambiario, de mucha tensión e inestabilidad en el frente cambiario, también en el frente financiero, una economía que está en un cuadro recesivo que se empieza a acelerar esa caída porque están paradas las importaciones, porque no hay precios, porque no hay abastecimiento, y porque del otro lado encima el poder adquisitivo empieza a flaquear con esta aceleración inflacionaria, entonces hay una demanda que empieza a resentirse por ese lado, con lo cual yo creo que tenemos dos o tres meses de mayor deterioro económico, supeditado a esta mayor tensión política propia de las elecciones presidenciales.

¿El escenario social está contenido? ¿Alcanza con la asistencia que hace el gobierno?

No, claramente no. Los mecanismos de asistencia social son paliativos pero no curativos, y cuando la macro se desordena más, la tensión cambiaria y financiera se acelera y la inflación empieza a manejar más, esos paliativos pierden mucho poder de fuego, y ahí es donde yo veo lo que estamos viendo todos, un escenario desde el punto de vista del tejido social que se va dañando más y la tensión va en aumento.

En cuanto a la inflación, ¿puede agarrar otro ritmo, mayor al que traía hasta ahora?

Sí, efectivamente, nosotros estamos viendo en este preciso mes de agosto que está terminando, que la devaluación después del resultado del domingo 13 generó un cambio en el régimen inflacionario, la Argentina venía con una inflación promedio antes de las elecciones 7,1% por mes. Y ahora 2 dígitos. Nosotros estamos viendo que durante estos primeros meses, agosto y septiembre, por el coletazo de estos, vas a tener inflación de 2 dígitos con final abierto, porque ahora depende si el gobierno o el equipo económico van a tener efectividad o no en sostener el tipo de cambio en $350, lo cual es una incógnita. Para nosotros es muy difícil de resolver eso, y si eso es cierto, estamos con más devaluaciones por delante, con lo cual hemos cambiado de carril, esta economía ya va a una velocidad inflacionaria mucho más alta que la que teníamos hace un mes atrás, y esto es peligroso, con lo cual tenemos un desenlace en este final de año de mayor inflación.

“La dolarización o el bimonetarismo va a tener que corregir primero el desbalance de las cuentas públicas”

Las alternativas que hoy se ven desde la oposición, por ejemplo, el bi monetarismo, dolarización, ¿son un camino de salida a esta situación o hay que arreglar otros frentes primero?

El problema cambiario tiene atrás un problema monetario, y el problema monetario tiene atrás un problema fiscal. Entonces, un esquema de dolarización, un esquema de bi monetarismo, de alguna manera lo que están tratando de apuntalar es el problema monetario, entonces ahora sí o sí cualquiera de las dos alternativas, o alguna otra alternativa que pueda surgir, va a tener como requisito fundamental para ser exitoso, corregir el problema fiscal, y esto tiene que ver con el desbalance de las cuentas públicas, con los 5 puntos de déficit total que casi tenemos hoy en la Argentina, para un Estado que no tiene crédito, no tiene ni capacidad de financiarse internamente, porque el mercado capital es muy chiquito, no tiene crédito externo, no tiene reservas. Si no se corrige el frente fiscal, la única manera va a ser seguir financiándonos con emisión monetaria, con lo cual el esquema bi monetario no va a funcionar, y ahí probablemente la dinámica inflacionaria va a ser más compleja, entonces habrá que ver cómo uno hace después para implementar un esquema de dolarización, que ese es otro tema.

¿El cambio político no nos garantiza que tengamos un mejor 2024?

No necesariamente, para arreglar la economía hay que arreglar la política, ahora arreglar la política es condición necesaria, no es suficiente. La política va a tener que acertar en el diagnóstico, acertar en el tratamiento y acertar en la ejecución del programa sea cual sea, para de alguna manera contener en lo que vamos a tener una primera fase de reparaciones macroeconómicas, yo lo llamo la fase taller, ahí tenemos que estabilizar la macroeconomía mientras se repara, que obviamente hay que atender el problema fiscal, el problema del banco central, el problema de las cuentas externas, del mercado de cambio. Pero hay un momento crítico en el arranque de gane quien gane, en la cual hay que después estabilizar y si eso sucede de manera positiva, bueno, lentamente vamos a empezar a ver cómo la inflación va a empezar a bajar, la actividad va a empezar a recomponerse y ahí podemos estar hablando de un 2024 por lo menos en el recorrido más a mitad o fin del año más positivo.

Hay que dar varios plenos, digamos…

Hay que dar varios plenos, exactamente. Sí, tenemos que llegar hasta diciembre en la mejor manera que podamos, se tiene que resolver de buena manera el problema político y después el gobierno que asuma, sea quien sea, acertar el diagnóstico, acertar el tratamiento y acertar la ejecución de ese programa sea cual sea.