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“El voto estará signado por el enojo y descreimiento frente a la clase política”

Alejandro Catterberg, analista político y director de Poliarquía Consultores percibe que este año el humor social quedará reflejado en las urnas y que ese descontento “se dará, principalmente, a través de la figura de Javier Milei. Y, si no fuera así, se reflejará de alguna manera”.

“Lo tenemos que comparar con la elección legislativa de 2001. Muchos indicadores están hoy en los mismos niveles que en junio de ese año, cuando el país arrastraba cuatro años de recesión, alto desempleo, una crisis política que había llevado a la renuncia del vicepresidente y una fuerte desilusión. Fue la primera vez desde la recuperación de la democracia que votó menos del 80% y el 25% eligió el voto en blanco o impugnado, la diferencia es que este año la elección es presidencial y, en vez del voto en blanco, mucha gente dice que va a votar a Milei” apuntó.

Consideró que “la desconfianza es general y uniforme en todo el país. No hay que analizar las elecciones provinciales y municipales con lógica nacional. Esos resultados corresponden a lógicas locales. Así y todo, en la mayoría de las provincias los gobernadores tienen menos votos y sube el ausentismo y el voto en blanco. La figura de Milei tiene fuerza a nivel nacional. Incluso, en el interior”.

Analizó que “las probabilidades del Gobierno de ganar son muy bajas. La propia Cristina Kirchner lo reconoce. Las cosas están peor que en 2021, cuando perdieron las elecciones legislativas. La principal fuerza opositora debería tener altas chances de ganar y ese era el escenario que veían los dirigentes de Juntos por el Cambio. Pero esa perspectiva de que la elección ya estaba ganada es una subestimación de la realidad. El Gobierno tuvo una circunstancia que lo debilitó: la sequía. Otra subestimación de Juntos por el Cambio fue Milei. Ese diagnóstico tal vez equivocado y la dinámica de la transición de liderazgos en Juntos por el Cambio los llevó a un internismo que termina siendo dañino”.

Agregó que “es difícil prever que Juntos por el Cambio gane en primera vuelta, cuando hace un año era un escenario plausible. También es difícil que alcance la mayoría en la Cámara de Diputados o sume más legisladores, cuando hace un año se lo podía prever. Puede ser que este proceso de internismo, de pérdida de identidad y de vinculación con la sociedad no le cuesten la elección presidencial, pero le puede terminar costando ganar varias provincias y ciudades”.

Cree que “la sociedad no va a mejorar su humor social hasta que no mejore la economía. Y la economía no va a empezar a mejorar hasta que no haya una reconfiguración del sistema político y una consolidación del poder suficiente para encarar un proceso de reformas”.

-En un extensa entrevista con La Nación subrayó que la diferencia de que gane Larreta o Bullrrich la interna de JxC” hoy es un matiz frente a un escenario en el que no está definido si gana Juntos por el Cambio o si gana Milei. El país se encamina hacia un escenario de ballotage, en el que no está claro cuáles son las dos fuerzas que ingresarán. En un balotaje entre Larreta o Bullrich con Milei, el factor decisivo será cómo se comportará el 30% de la sociedad que haya votado al kirchnerismo duro y a la izquierda. Si Juntos por el Cambio logra consolidar la suma de las partes tiene un camino más abierto. La complicación de su internismo, el desdibujamiento de su mensaje y la pérdida de identidad van llevando a que no esté garantizada la suma de las partes para después de las primarias”.

Consultado si la figura de Milei puede seguir en ascenso, contestó que “el apoyo a Milei está sustentado sobre el clima de época que vivimos. Milei no es la causa, es la consecuencia. Está en el lugar correcto, en el momento correcto para sus intereses”.

Respecto del futuro del peronismo ante una eventual derrota señaló que “Cristina Kirchner sigue manteniendo entre el 25% y el 30% de apoyo en la sociedad. Ella y el kirchnerismo tienen una identidad, un mensaje, una retórica, un relato Incluso en el escenario de una derrota muy fuerte, no minimizaría la relevancia que el espacio pueda seguir teniendo en la vida política argentina. No me atrevería a decir la frase “es el fin del kirchnerismo”.

Respecto de la influencia de Maurico Macri y Cristina la considera “fundamental, las dos principales figuras en la Argentina siguen siendo ellos dos. Ambos sufren un proceso de desgaste que no les permite ser candidatos a presidente. No tienen posibilidades de ganar la elección. Esa debilidad relativa en la población general convive con una fortaleza en el interior de las coaliciones”.

¿Qué impacto tendrá la crisis en el Frente de Todos?

Catterberg consideró que “es altamente probable que el Frente de Todos pierda la elección. Lo que no está claro es cómo podría perder. Puede perder por goleada o llegar al alargue y perder por penales. No es lo mismo sacar un tercio de los votos, llegar al balotaje, ganar la provincia de Buenos Aires y retener un buen número de diputados y senadores, que sufrir una derrota histórica, reunir menos del 30%, quedarse con menos de 100 diputados y perder varias provincias. Antes de la sequía parecía más cerca el primer escenario (penales y alargue) y después de la sequía se parece más al segundo escenario”.

¿Puede revitalizar al peronismo una posible interna entre un candidato del kirchnerismo y Daniel Scioli?

-No. Una vez que Alberto Fernández renunció a su postulación, la interna se definió. Podría haber cambiado las cosas si mantenía su intento de buscar la reelección. Otro factor disruptivo sería si el acuerdo electoral del FdT generara la salida de Sergio Massa como ministro de Economía. Este segundo escenario, aunque todavía es posible, va perdiendo consistencia. El kirchnerismo puede obviar sentarse a negociar con Alberto Fernández, pero no puede obviar sentarse a negociar con Massa. Intuyo que el viaje de Massa y Máximo Kirchner a China tiene mucho de armado electoral.