Una investigación publicada en “Science” sugiere que la mayoría de los casos de EM podrían prevenirse al detener la infección por el virus de Epstein-Barr. El Dr. Miguel Jacobo explica los motivos.
La esclerosis múltiple (EM), una enfermedad degenerativa, podría tener un origen infeccioso. El virus de Epstein-Barr (VEB), conocido como el virus del herpes humano o como el causante de la mononucleosis o “enfermedad del beso“, es, según un estudio publicado en “Science”, el causante de la esclerosis múltiple, una enfermedad progresiva para la que no existe una cura definitiva y que afecta a 2,8 millones de personas en todo el mundo. Un equipo de investigadores de la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard podría haber dado por fin con el desencadenante de esta enfermedad.
El Dr. Miguel Jacobo, miembro del Grupo de Trabajo en Enfermedades Desmielinizantes (Esclerosis Múltiple) de la Sociedad Neurológica Argentina, y jefe de Servicio de Neurología del Hospital Regional habló con EL LIBERAL sobre esta investigación.
“En la enfermedad intervienen factores genéticos, autoinmumes y ambientales. El virus de Epstein Barr es un factor ambiental, junto a niveles de vitamina D (factor protector), tabaco, obesidad y consumo excesivo de sal (factores nocivos)”, explica el especialista.
Jacobo sostiene que a raíz de esta investigación, “muchísimos pacientes con esclerosis múltiple me han llamado por este tema. Son enfermedades jóvenes y es la segunda causa de discapacidad después de los accidentes de tránsito. Gracias a Dios hoy tenemos muchos recursos terapéuticos para tratar de modificar la evolución natural de la enfermedad si se diagnostica en forma precoz”.
Enfermedad y virus
Específicamente sobre la relación entre “enfermedad del beso” y la EM, Jacobo indicó: “En los aspectos de las causas de la enfermedad, el facto que juegan los virus, no sólo el de Epstein Barr se conocen desde hace mucho tiempo. Y este virus, que causaría la mononucleosis infecciosa ha sido motivo de que hace muchos años se venga investigando la relación que hay entre este virus y la enfermedad. Y sobre esto se sabe lo siguiente: que en la enfermedad intervienen tres tipos de factores, que son los ambientales, genéticos y inmunológicos. Dentro de os factores ambientales está el virus de Espstain Barr. Ahora bien, hay factores genéticos, no sólo uno, pero esto explicaría que ciertas razas como la blanca a la enfermedad se puede presentar con mayor frecuencia que en otros, como la raza negra. Y existe el factor inmunológico, en donde nuestras propias defensas reaccionan en contra nuestra. Entonces, el virus sería un “jugador más” de todos los necesarios para provocar la enfermedad”.
Una vacuna podría prevenir o curar la enfermedad de EM
Aunque hoy no hay forma de prevenir o tratar eficazmente la infección por VEB, concluye: “Una vacuna contra el VEB o atacar el virus con medicamentos antivirales específicos para el VEB podría, pensamos, prevenir o curar la EM”.
Significan estos resultados que puede haber nuevas oportunidades para el tratamiento de la EM, se preguntan William H. Robinson y Lawrence Steinman, de la Universidad de Stanford (EE.UU.) en un comentario publicado en “Science”.
Enfermedad: de qué se trata y cómo afecta
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune y crónica que actúa dañando la mielina en el cuerpo de los afectados, un material graso que aísla los nervios y les permite transmitir los impulsos eléctricos desde y hasta el cerebro con rapidez.
El propio tejido del organismo es tratado como un cuerpo extraño y el comienzo de la enfermedad suele desencadenarse por una combinación de factores genéticos y medioambientales.
Investigación
Aunque se desconoce su causa, uno de los principales sospechosos siempre ha sido el EBV, un virus del herpes que puede causar mononucleosis infecciosa y genera una infección latente de por vida en el huésped.
”El contacto viral sólo es un factor para producir la enfermedad; deben con seguridad intervenir los otros”
La publicación de esta noticia llegó a todo el mundo y Alberto Ascherio, autor principal del estudio consideró que “desde hace años nuestro grupo y otros han investigado la hipótesis de que el VEB causa la EM, pero este es el primer estudio que brinda una evidencia convincente de causalidad”.
Según Ascherio, “se trata de un gran paso porque sugiere que la mayoría de los casos de EM podrían prevenirse al detener la infección por VEB”. Además, subraya que al centrarnos en este virus “podríamos identificar por fin una cura para la EM”.
Sobre esta investigación, el Dr. Miguel Jacobo considera que “es importante por el número de personas reclutadas (10 millones). Se vio que aquellas personas que no habían tenido contacto con el virus, no desarrollaron la enfermedad. Mientras que todas las personas que padecieron Esclerosis Múltiple habían tenido contacto con el virus. Pero se concluye en que el contacto viral solo es un factor (tal vez necesario) para producir la enfermedad. Deben con seguridad intervenir los otros, porque la inmensa mayoría de la población mundial ha tenido contacto con el virus, y no todos (obviamente) desarrollan esclerosis múltiple”.
Conclusión
Los investigadores analizaron las muestras de suero tomadas cada dos años por el ejército y determinaron el estado de VEB de los soldados en el momento de la primera muestra y la relación entre la infección por VEB y la aparición de EM durante el período de servicio activo.
Así vieron que en este grupo el riesgo de EM aumentó en 32 veces después de la infección por VEB, pero no se vio alterado después de una infección por otros virus.
Los análisis mostraron que los niveles séricos de cadena ligera de neurofilamentos, un biomarcador de la degeneración nerviosa típica de la EM, aumentaron sólo después de la infección por VEB.
Los hallazgos, escriben, no pueden explicarse por ningún otro factor de riesgo conocido para la EM y sugieren que el VEB es la principal causa de la esclerosis múltiple.
La infección por VEB, afirman, es el paso patogénico inicial en la EM, pero se deben activar otros factores para la fisiopatología completa.
Es posible que los antivirales que se dirigen al VEB proporcionen una terapia eficaz, se preguntan, especialmente cuando se administran precozmente.
«Ahora que se ha identificado el desencadenante inicial de la EM, quizás podría ser erradicada».