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Durante el sueño ataca la hipoglucemia: el peligroso efecto de la diabetes

Se trata de un descenso brusco de la concentración de azúcar en sangre por debajo de los niveles normales, cuyos síntomas ocurren durante la noche.

Hambre, temblor, sudoración, somnolencia, confusión, dificultad para hablar y mareos son solo algunos de los síntomas habituales de un episodio de hipoglucemia. Esta afección, que puede presentarse de forma repentina, en la mayoría de los casos es leve y puede revertirse fácilmente ingiriendo una pequeña porción de comida o bebida con alto contenido de glucosa. Sin embargo, no por ello deja de ser una condición de riesgo.

En sus formas más severas, la persona que la experimenta puede desvanecerse, sufrir convulsiones o perder el control de sí misma, lo que la hace vulnerable a, por ejemplo, sufrir algún tipo de accidente. Peor aún, en los casos extremos puede ser fatal. Sobre este panorama, la comunidad científica se aboca a dar con tratamientos que mejoren la calidad de vida de los pacientes.

La hipoglucemia se presenta cuando los niveles de glucosa en sangre se encuentran por debajo de los valores normales, debido a que el nivel de insulina excede al que el organismo necesita. En las personas con diabetes bajo tratamiento, puede deberse a una dosis excesiva de la medicación, a una escasa alimentación o demorar la comida, así como también a la realización en exceso de actividad física o a hacerla de forma no planeada.

De acuerdo a estudios científicos, la patología es mucho más frecuente de lo que se cree, tanto en pacientes con diabetes tipo 1 como en aquellos con diabetes tipo 2, aunque “muchas veces no se perciben, se confunden con otros síntomas, el paciente no las registra”, señaló Ariel Zisman, especialista en Endocrinología, Diabetes y Metabolismo y Director Médico del Centro Endocrino de Aventura, Miami (Estados Unidos), en su visita al país con motivo del 4º Congreso Latinoamericano sobre Controversias y consensos en Diabetes, Obesidad e Hipertensión (CODHy).

En la Argentina, uno de cada 10 adultos vive con diabetes, reveló la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Félix Puchulu, Jefe de la División Diabetología del Hospital de Clínicas José de San Martin explicó a Infobae que “la prevalencia es, según la última estadística, del 9,8% en mayores de 18 años. Esto significa que 4 millones de personas tienen diabetes en Argentina. El 90% corresponden a diabetes tipo 2 que es la más común. Es una enfermedad asintomática por lo que cerca de la mitad desconoce que tiene diabetes”.

Estudios sugieren que más del 50% de los pacientes en tratamiento intensivo para la diabetes sufrirán de hipoglucemia. Y una forma frecuente de la patología entre las personas con diabetes que reciben el tratamiento con insulina es la llamada hipoglucemia nocturna, que ocurre mientras el paciente duerme. Aunque algunas personas despiertan durante el episodio puede suceder que los síntomas sean inadvertidos durante la noche. Los indicadores más recurrentes: despertar con dolor de cabeza; sensación de haber dormido mal sin causa aparente; cansancio inusual; despertar con la ropa de cama mojadas por haber transpirado en forma excesiva.

Nuevos tratamientos

En la actualidad, existen nuevos tratamientos que permiten un mejor control de los efectos indeseados. Los científicos fueron modificando la molécula para tratar de lograr esta situación y siguen trabajando en una insulina cada vez más efectiva y de mejor adherencia.

Siguiendo esta línea, en el país se presentó una insulina de nueva generación, glargina U-300, que demostró idéntica eficacia que los tratamientos estándares pero con menor riesgo de hipoglucemias nocturnas, además de un control glucémico más allá de las 24 horas, menor ganancia de peso con una sola dosis al día y buen perfil de seguridad cardiovascular. Tiene una acción más prolongada y se inyecta una vez al día, lo que es una gran ventaja para el paciente: “En la práctica diaria uno puede observar que esto facilitaría una mejor adherencia al tratamiento”, dijo Zisman.

Para Pichulu, los estudios y la aceptación de los pacientes demostraron que tiene muchos menos efectos indeseados, como las hipoglucemias nocturnas: “Su concentración demostró que favorece y adquiere propiedades que la diferencian del tratamiento estándar, no es simplemente más o menos volumen, sino que se modificaron algunas características de acción y es lo que la hace más atractiva”.

“En los dispositivos modernos, los nuevos inyectores de insulina tienen el aspecto de una lapicera, casi no se ve la aguja, son muy delgadas y casi ni se sienten. La industria y el conocimiento se han ido adaptando para hacer el proceso de aplicación de insulina en el paciente mucho más fácil”, concluyó Zisman.