El impacto clínico se traduce en alteraciones en la memoria, atención, cálculo, toma de decisiones, trastornos severos de conducta con cuadros depresivos o agresivos.
La dolorosa situación que se vivió en el país durante la semana pasada, con la muerte de más de 20 personas por el consumo de cocaína adulterada con otras sustancias nocivas, reavivó la preocupación de los profesionales por el creciente consumo de drogas, y la circulación de todo tipo de sustancias mucho más perjudiciales, generadas para facilitar la venta.
En este sentido, el médico neurólogo santiagueño Dr. Miguel Jacobo sostuvo que “el daño que le produce al cerebro la cocaína es irreparable”. También habló de las consecuencias: “el consumidor no se recupera más”.
El profesional refirió que el caso es mucho más grave, “porque en el ‘estiramiento’ que realizan a la cocaína para que tenga un mayor rinde económico, se emplean sustancias mucho más tóxicas, que por lo tanto son mucho más perjudiciales”.
Si bien dijo que no se conoce aún con certeza el tipo de sustancias que tenía la droga adulterada que mató a tantas personas, “lamentablemente es común las mezclas que cada vez causa más daño al consumidor”.
Respecto de la acción que la cocaína tiene en el cerebro, el doctor Jacobo explicó que “aquellas que se conocen como drogas ilícitas tienen distintas formas de actuar sobre el sistema nervioso central, siendo perjudiciales o nocivas para la salud en forma directa o indirecta”.
“Se conocen alteraciones en las conexiones sinápticas, lo que trae aparejado pérdida de neuronas, daño de los axones, y alteraciones de pequeños vasos del cerebro, cambios neuroquímicos del cerebro, mediante la activación de circuitos asociados con la motivación, memoria, y control cognitivo”, precisó.
También mencionó a la alteración de los niveles de dopamina, que “aumenta bruscamente cuando se está bajo el efecto de las drogas”, lo que “despierta placer, conociéndose este efecto como vía de recompensa. El efecto al placer es inmediato, a diferencia de lo normal”.
“El cerebro registra la experiencia para provocar repetirla. Cuando se interrumpe el consumo, el nivel de dopamina cae bruscamente, lo que impacta en el área prefrontal, generando severas alteraciones en toma de decisiones, inhibición de impulsos, lo que explica las conductas irracionales de un cerebro adicto”.
Los estupefacientes también alteran el ADN
Entre otras alteraciones que provoca en el consumidor de drogas, cualquiera sea su tipo, el doctor Jacobo mencionó la alteración del ADN.
“Pareciese que en el desarrollo de una adicción se alteran factores de transcripción, genes tempranos y rutas de mensajeros en el sistema de recompensa del cerebro“, consideró el profesional.
Explicó que “la traducción o impacto clínico se traduce en alteraciones en la memoria, atención, cálculo, toma de decisiones, trastornos severos de conducta con cuadros depresivos o agresivos, etc.”.
“Desde hace mucho tiempo se conoce el vínculo del consumo y la enfermedad cerebro vascular, constituyendo uno de los factores de riesgo”, recordó finalmente el médico especialista.
Cuándo se considera que una persona es adicta
Se considera que una persona es adicta cuando se desarrolla una dependencia psicológica, es decir, una conducta repetitiva y compulsiva con respecto al uso de una sustancia.
En sí, la definición de adicción aplica a la compulsión y repetición del uso de alcohol, nicotina, drogas opiáceas como la heroína, también la cocaína y otros estimulantes.
La adicción a drogas causa cientos de cambios en la anatomía del cerebro, su química y la señalización de célula a célula, incluso en las brechas entre las neuronas llamadas sinapsis.
Caer en una adicción a las drogas trae consecuencias extremadamente negativas para todo el organismo, sobre todo para el más importante que es el cerebro. Este y el corazón son los primeros órganos en ser impactados.