Se estima que 1 de cada 4 personas viven con obesidad en Argentina y es el tercer país de la región con mayor tasa de incidencia.
La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva que se produce por un desequilibrio energético entre las calorías ingeridas mediante la alimentación y las consumidas en el día a día. Afecta aspectos biológicos, psicológicos y sociales de la vida de quienes la tienen y es uno de los principales factores de riesgo para otras enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes mellitus tipo 2, entre otras.
En el marco del Día Mundial de la Obesidad que se conmemora hoy, es importante resaltar que esta dolencia no está vinculada a la responsabilidad individual de quienes viven con ella, sino que es una enfermedad compleja y multifactorial que requiere un abordaje colectivo de toda la sociedad. Todas las personas, desde el lugar que tenemos, podemos elegir colaborar para cambiar el futuro de este problema de salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos cincuenta años la obesidad casi se triplicó en todo el mundo, producto de cambios en el estilo de vida de las personas. En Argentina, se estima que 1 de cada 4 personas tiene obesidad, y es el tercer país en toda la región con la mayor tasa de incidencia. En 2021, la obesidad fue responsable de 2,8 millones de muertes por enfermedades no transmisibles en el continente, con más de un 60% de la población adulta de la región con sobrepeso u obesidad.
“El desafío es informar a la población que la obesidad es un problema de salud y no una mera cuestión estética individual, o producto de la falta de voluntad. También es importante que los profesionales de la salud se actualicen sobre el manejo de esta problemática y puedan generar derivaciones al especialista. Además, que sepan elegir las palabras adecuadas para referir a una persona con obesidad, sin una mirada estigmatizante”, señala la Dra. Virginia Busnelli, Médica Especialista en Nutrición con Orientación en Obesidad.
El entorno de una persona con obesidad es uno de los principales determinantes para que viva con ella en algún momento de su vida. Su alimentación, situación económica, entorno habitacional, hábitos de vida, entre otros, juegan un papel crucial para producir este desequilibrio energético. Es por ello que, para responder a este problema de salud, es necesario un abordaje en conjunto con múltiples actores, y el aporte de todas las personas es crucial para llevarlo adelante.
“Cuando un integrante de la familia tiene problemas de obesidad y desea implementar un cambio es fundamental que el entorno acompañe, especialmente si se trata de un niño. Es importante trabajar en equipo con la familia y optimizar el entorno, para que facilite la toma de decisiones y allane el camino hacia una elección saludable; una persona que vive con obesidad necesita que el entorno lo ayude a construir un espacio más seguro, con alimentos saludables no sólo para sí, sino para todos”, remarca la Dra. Paola Harwicz, Médica Especialista en Cardiología y Nutrición y Magíster en Diabetes.
La obesidad requiere ser abordada bajo una mirada personalizada e integral, teniendo en cuenta las posibilidades y necesidades particulares de cada persona y bajo el seguimiento de un profesional de la salud. La clave está en el desarrollo de un estilo de vida saludable, que incluye una alimentación balanceada y actividad física adecuada, y en algunas ocasiones alternativas terapéuticas con eficacia y seguridad demostradas, que pueden ayudar a reducir los niveles de grasa corporal.
“Alrededor del 80% de las personas con diabetes tienen grasa acumulada en el abdomen, que es una de las causas principales de la diabetes. A mayor cantidad de grasa acumulada alrededor de los órganos, aparecen complicaciones donde las más frecuentes son las cardiovasculares o renales y otras como las apneas del sueño, el hígado graso, trombosis, depresión, algunos tipos de cáncer y dolor lumbar crónico o artrosis, entre otros”, explica la Dra. Florencia Aranguren, Diabetóloga y Directora de la Diplomatura en Riesgo Cardiometabólico y Renal en Diabetes de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
La especialista añadió: “Esta problemática debe ser abordada por un equipo transdisciplinario que incluya a psicólogos y psiquiatras, porque hay personas con obesidad que sufrieron años de frustración por no lograr sus metas. El abordaje debe hacerse con respeto, y ser amoroso con el estilo de vida”.
“El factor anímico de las personas que viven con obesidad es fundamental. Los especialistas tenemos que conocer la real motivación de cada persona y hacer un diagnóstico certero de aspectos metabólicos y de la conducta alimentaria para poder establecer una estrategia basada en las dificultades de cada paciente y que estas puedan ser tomadas como oportunidades de mejora de hábitos y de la relación con la comida que van más allá de un plan de alimentación saludable”, explica la Dra. Juliana Mociulsky, Médica endocrinóloga y Coordinadora del Comité de Obesidad y Diabetes de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).