Los funcionarios actuaron rápido. Los vecinos señalaron que la promiscuidad sería moneda corriente, con los niños presenciándolo todo. Afirman que la madre habitúa abandonarlos.
Efectivos de la Seccional 33 y de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) impulsan una inesperada investigación, ante una presunta situación de orfandad, abandono, promiscuidad y hasta abuso sexual en perjuicio de cinco hermanitos, con residencia en la zona rural de Sumampa, Quebrachos.
Ello se desprende de procedimientos encomendados al personal de la comisaría local, con menores cuyas edades oscilarían entre los 7 y 14 años, trascendió de esferas policiales.
De acuerdo con los voceros, todo se precipitó dos semanas atrás con un hecho de violencia que demandó un procedimiento. Rápido, los policías escucharon a los menores, los que relataron una historia que generó perplejidad.
Concretamente, los niños habrían revelado que su madre suele dejarlos solos “para irse”. En el contexto vecinal, se ausentaba para viajar o trasladarse a la casa de su pareja.
Sin embargo, también trascendió que en numerosas oportunidad, en pleno horario de almuerzo, y con los menores viéndolo y escuchándolo todo, la responsable de la casa era anfitriona de presuntos encuentros sexuales con adultos extraños.
Con esa “semblanza” familiar, los policías reaccionaron azorados. Sin embargo, con la clásica espontaneidad e ingenuidad, los chicos profundizaron su relato y revelaron que a veces “los grandes” que vienen a su casa, se llevan a la pieza a una de sus hermanas, de 6 años.
Sin perder tiempo, tomó el mando de los sucesos el personal de la Dinaf y ahora se intuye que los funcionarios desembarcarán en Sumampa, o trasladarán a los niños a esta capital. Se sospecha que habrá funcionarios que dispondrán una investigación y definirán, responsabilidades por la situación a la que vienen siendo expuestos los menores de edad de la familia.
Al cierre de esta edición, la preocupación iba en ascendente crecimiento y no se descartaba la también intervención de un juez de Familia y, lo más delicado, peligraba la patria potestad de los adultos, sin discriminación entre padres o abuelos.