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Como el cerebro te enamora con la oxitocina, hormona del amor

Esto quiere decir que cuando pensamos en establecer una relación de ese tipo con la pareja, la oxitocina provoca en el cerebro una respuesta de placer. Y es que tanto la oxitocina como la dopamina tienen esta función de recompensa, consistente en provocar sensaciones placenteras que nos animan a repetir esa acción.

Al momento de decidir qué hacer en una cita, algunas opciones siempre resultan ser las más populares. Seguramente lo primero que se te ocurra sea ir a tomar un café, a comer o al cine. Sin embargo, la ciencia viene al rescate y te propone dos actividades que son capaces de acercar a las parejas.

Ambas provocan la liberación de oxitócina, también conocida como la hormona del amor. ¿Cómo podés lograr este efecto entonces? Con la pintura y los juegos de mesa. Al menos eso es lo que aseguran investigadores de la Universidad Baylor (Estados Unidos) en la revista científica Journal of Marriage and Family.

Para determinarlo participaron 20 parejas casadas o conviviendo. Todos completaron una encuesta acerca de la vida en familia, con el objetivo de desencadenar la fabricación de la mencionada hormona –lo que sucede, según trabajos previos, solo con pensar en nuestra pareja-.

Luego de esto, a algunos los hicieron jugar y a otros, pintar durante una hora. Los resultados fueron significativos: los niveles de oxitocina aumentaron luego de participar de estas actividades. “Esta hormona se asocia con las relaciones amorosas porque no se libera a lo largo del día, solo se produce como reacción a un estímulo”, explicó a medios extranjeros Karen Melton, una de las autoras del artículo.

De ambas actividades, el mayor éxito lo tuvo la pintura, sobre todo en hombres. La experta consideró que esto pudo deberse a la novedad que presenta la propuesta, aunque probablemente el factor decisivo nada tenga que ver con los pinceles. Los investigadores observaron que en las clases de arte las personas alientan a sus parejas tanto a través de las palabras como del tacto, y los hombres demostraron ser más sensibles al contacto físico.

Si bien los científicos no estudiaron otras opciones de cita, estiman que los resultados podrían replicarse con otras actividades que involucren el contacto físico, la interacción social, la novedad y el apoyo de la persona querida.