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Alerta: uno de cada diez niños tiene asma y, en muchos casos, el diagnóstico es tardío

Son cada vez más los diagnosticados con asma en el país, y las estadísticas tienen a los niños como los más propensos a padecerla. Se trata una enfermedad de las vías respiratorias que puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en la población infantil (afecta a más del 10%) y en personas con antecedentes personales o familiares de alergia. Sus manifestaciones varían de persona a persona y pueden cambiar en un mismo paciente a lo largo de su vida, pero se caracteriza por síntomas como tos, dificultad respiratoria, sensación de pecho cerrado u oprimido y silbidos en el pecho.

“Como sucede con muchas otras enfermedades crónicas, el asma no se cura, pero sí puede obtenerse un óptimo control, lo cual es clave para llevar buena calidad de vida. Las personas con asma pueden llevar una vida normal, incluso en los casos más severos, por lo que siempre va a ser importante contar con un adecuado diagnóstico, que considere también el origen del asma, los factores desencadenantes y la gravedad del cuadro”, explicó el Dr. Jorge Máspero, médico especialista en Alergia e Inmunología Clínica.

Es necesario tener en cuenta diversos factores para comprender en forma integral si se está ante un cuadro de asma y determinar cómo se presenta en cada paciente, para prevenir complicaciones y controlar mejor la enfermedad.

Síntomas y gravedad de los episodios: es necesario establecer el modo en que se presentan, tanto en su inicio como en su desarrollo, duración, intensidad, variación horaria; frecuencia, asistencia a la guardia, hospitalizaciones, y otros puntos.

“Uno de los grandes objetivos del manejo del asma, sobre todo en los casos graves, es la prevención de exacerbaciones, que son los cuadros que requieren atención médica, muchas veces de urgencia. El reconocimiento precoz de la aparición de síntomas y su empeoramiento por parte del paciente y su familia permitirá intervenciones terapéuticas tempranas, evitar la progresión de la crisis y reducir la posibilidad de internaciones”, puntualizó la Dra. Verónica Giubergia, médica pediatra neumonóloga del Hospital Garrahan.

Esto se relaciona con la edad de inicio, carácter progresivo o no, diagnósticos y tratamientos previos y actuales. “El diagnóstico de asma es fundamentalmente clínico y se confirma mediante una espirometría y una prueba broncodilatadora.

En niños pequeños (preescolares) el diagnóstico es más complejo, porque es más dificultoso realizar pruebas de función pulmonar, como la espirometría. Sin embargo, en niños a partir de los 6 años tiende a lograrse de la misma manera que con los adultos”, aclaró la Dra. Giubergia.

Hay niños con asma que llegan a la vida adulta sin diagnóstico, aunque muchas veces los síntomas sugestivos de asma se inician durante los primeros años de la vida. Cerca de 4 de cada 10 niños que presentan sibilancias al respirar ante infecciones respiratorias se les diagnostica finalmente asma en los años subsiguientes. Por otra parte, es crítica la determinación de la gravedad de la presentación de asma en cada paciente.

Reconocer el impacto de la enfermedad

La patología puede generar dificultades en el paciente como ausentismo escolar, reticencia a la participación en juegos, trastornos del sueño, del desarrollo, del crecimiento y la conducta e impactar en la familia con alteración de rutinas, pérdidas de horas de trabajo y costos económicos. Por eso es importante entender cómo son los períodos sin crisis, si igualmente presenta síntomas, etc.

“Es necesario atender el impacto en la vida de un niño cuando no puede correr con sus compañeros; cuánto afecta al niño y a su familia no descansar por los síntomas y por el temor a que la dificultad para respirar empeore y deban asistir a Emergencias. Es tan necesario buscar caminos para lograr el mejor control de la enfermedad, para sobrellevar su impacto en todo orden de la vida”, reconoció la Dra. Giubergia.

Factores que pueden originar complicaciones

Es necesario establecer si los episodios se originan a partir de infecciones respiratorias, exposición a alérgenos del ambiente (ácaros o pólenes) o a contaminantes del ambiente, relación con cambios de ambiente (viajes, otra residencia), factores emocionales (llanto, risa), alimentos y aditivos, fármacos, y factores como aire frío, ejercicio o cambios de clima. También es relevante si la vivienda es urbana o rural; Animales domésticos; Tabaquismo familiar.

El Dr. Máspero indicó: “Hay agentes etiológicos, como alérgenos de interior, ácaros, epitelios animales, hongos o pólenes, que influyen en las exacerbaciones. Hay que evaluar la sensibilización alérgica del paciente y las influencias ambientales, que en muchos casos son modificables, lo que debe ser consensuado con un especialista”.

Logros: ahora existen opciones terapéuticas que producen mejora rápida, sostenida y significativa

En cuanto al tratamiento, las noticias son esperanzadoras. Cada vez la medicina cuenta con mejores opciones terapéuticas que contribuyen a mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes y de su familia. Por ejemplo, en un evento para profesionales de la salud, se presenta hoy la indicación que el biológico dupilumab (presente en nuestro país desde 2019) había recibido pocos meses atrás, para niños de 6 a 11 años como tratamiento de mantenimiento complementario para el asma severa causada por inflamación de tipo 2, cuando no se logra controlar con el tratamiento estándar. Esta medicación demostró, en un año de tratamiento, reducir un 65% las exacerbaciones en niños de 6 a 11 años con asma moderada a severa no controlada y produjo una mejora rápida, sostenida y clínicamente significativa de la función pulmonar desde los 15 días de tratamiento. “Para una población que tenía opciones terapéuticas limitadas, es un avance significativo disponer de tratamientos innovadores, que logren controlar la fisiopatología del asma grave de manera más eficaz, pero también con un mejor perfil de seguridad. Es una buena noticia que la ciencia siga avanzando y podamos contar en el país con innovaciones terapéuticas de este tipo”, completó el Dr. Máspero.