Ir al contenido

A dos años y medio del brote de Covid, los tratamientos experimentales quedaron de lado

El médico terapista Dr. Franco Giannoni reveló que en el Hospital Regional ya no hay internados en terapia, destacó la importancia del “soporte vital” que se realizó en las terapias intensivas.

A dos años y medio del brote de Sars-CoV-2, los tratamientos experimentales se dejaron de lado y actualmente para enfrentar esta enfermedad, sobre todo en pacientes moderados y graves, en la Argentina se utilizan corticoides, anticoagulantes en dosis bajas y como última opción Asistencia Respiratoria Mecánica (ARM).

La comunidad médica se basa en los parámetros obtenidos de la evidencia científica reunida tras haber padecido diferentes etapas de Covid-19, generadas por sus variantes, desde la declaración de pandemia el 20 de marzo de 2020.

El doctor Franco Giannoni, médico terapista del Hospital Regional “Dr. Ramón Carrillo” de nuestra ciudad, confirmó que en el centro asistencial no hay internados pacientes graves con Covid, y sobre los nuevos tratamientos que se emplean en los pacientes contagiados, dijo que sólo quedaron “los coagulantes y los corticoides controlados”.

“Todas las terapias alternativas que se aplicaron desde el comienzo de la pandemia dejaron de emplearse hace tiempo, porque no se han obtenido evidencias científicas de que hayan reducido la morbimortalidad, no es que hayan hecho mal, pero no hay estudios reales de su efectividad”, precisó el profesional.

No utilidad

En el mismo sentido, Fernando Ríos, secretario de la comisión directiva de Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati) recordó que “al inicio de la pandemia hubo una diversidad de tratamientos que se pusieron en marcha en el contexto de una emergencia sanitaria sin precedentes como usar drogas antirretrovirales para el HIV, o usar la hidroxicloroquina que en el transcurso de los meses y a medida que los estudios se iban realizando se iba demostrando su no utilidad y se fueron dejando de lado”.

“Lo que sí tuvo evidencia son los corticoides, que es un tratamiento muy económico y efectivo. Realmente tiene clara evidencia en la administración temprana de todos los pacientes que necesitan oxigenoterapia. Es un tratamiento universal, en cualquier lugar del mundo uno tiene corticoides, es una muy buena noticia”, amplió.

“Se ha estudiado y de los corticoides, la droga más útil es la dexametasona”, especifica el médico intensivista.

Cuidados para aplicar los anticoagulantes

Sobre el uso de anticoagulantes, el doctor Ríos sostuvo que “hay que tener cuidado porque la misma droga aplicada en distintas dosis tiene diferentes efectos. Se llegó a usar en dosis altas y se demostró que no es bueno, no es útil”; en tanto instó a la comunidad médica a continuar con el procedimiento estándar: “Administrar heparina en dosis de profilaxis bajas para evitar trombosis es lo que uno hace en todo paciente crítico así que hay que seguir con el estándar como veníamos haciendo”.

“Se indica el respirador artificial cuando aparece lo que llamamos insuficiencia respiratoria aguda, es decir, cuando esta función fisiológica de respirar no alcanza ciertos niveles básicos para garantizar las funciones vitales, porque cuando el oxígeno baja o el CO2 se acumula demasiado falla el cerebro, el corazón, los riñones”.

Los pacientes que hay en UTI no se vacunaron

Los especialistas involucrados en el manejo de pacientes con Covid en la actualidad, aseguran que “la población que hace formas graves de Covid-19 y vemos en las salas UTI (Unidad de Terapia Intensiva) cambió. Son personas no vacunadas y/o personas de edad avanzada con enfermedades y situaciones que los ponen en desventaja inmunitaria, pacientes en quimioterapia, una enfermedad como leucemia, pacientes trasplantados o en diálisis”.

“Pero ahora el enfoque del tratamiento se ha movido a la comunidad, lo que queremos es que los pacientes con infección leve, que tienen riesgo para ingresar, no acaben hospitalizados o en las unidades de cuidados intensivos por tanto el tratamiento se centra en una fase precoz, los primeros cinco o siete días de síntomas”, aseguran.