En Índice de Precios al Consumidor (IPC) marcó 2,6 por ciento en abril y estuvo por encima de los pronósticos de los economistas del sector privado, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La inflación acumuló así un alza del 9,1% en los primeros cuatro meses del año y trepó al 27,5 por ciento interanual, según el organismo público.
El dato estuvo muy por encima del promedio de consultoras privadas que difunde la oposición política en el Parlamento. El IPC Congreso marcó 2,1 por ciento.
De los nueve rubros que componen el índice de precios, solo dos presentaron en abril variaciones inferiores al 2 por ciento: equipamiento y mantenimiento del hogar (1,1 por ciento) y Atención médica y gastos de salud (1,4 por ciento).
El primero incluye, entre otros, electrodomésticos y otros bienes de consumo.
El segundo es un ítem de valores regulados, principalmente medicina prepaga.
El rubro alimentos aumentó 2,2 por ciento en abril y acumuló en cuatro meses una suba del 8,9 por ciento.
En un año, la variación fue del 29,1 por ciento, por encima del avance general de los precios.
Son datos muy sensibles: la canasta de alimentos es elemental para definir las líneas de pobreza e indigencia. La inflación de alimentos pega, sobre todo, a las clases bajas, que son las que destinan mayor proporción de sus salarios a asegurar la comida familiar.
Las carnes subieron 2,5 por ciento en el mes. Este aumento se suma al de marzo, del 5 por ciento. Se trata de un componente fundamental de la canasta, y aumenta con fuerza en época de paritarias, en la que el Gobierno intenta contener las negociaciones salariales para que el IPC no se recaliente todavía más.