El papa Francisco proclamó este domingo 4 de septiembre, santa a la madre Teresa de Calcuta, en una multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Francisco ha elogiado la labor de la religiosa “en defensa de la vida humana”, al asegurar que hizo “sentir su voz a los poderosos de la tierra para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos”.
El pontífice utilizó como es habitual la formula en latín para proclamar la santidad de la religiosa que murió en Calcuta en 1997 y pedir que fuese inscrita en los libros de los santos de la Iglesia.
El prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Ángelo Amato, acompañado del postulador de la causa, Brian Kolodiejchuck, presentó a Francisco la petición de canonización de la madre Teresa.
A lo que el papa pronunció la fórmula en latín: “En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina, y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santa a la beata Teresa de Calcuta”.
Y continuó: “y la inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrada entre los santos”.
Tras la proclamación se oyó un fuerte aplauso en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde se han congregado 100.000 personas.
Después se llevó hacia el altar una reliquia de la santa, unas gotas de sangre contenida en un especial relicario tallado en madera con forma de cruz.
La madre Teresa de Calcuta se convierte en santa 19 años después de su muerte, el 5 de septiembre, y tras un rápido proceso de canonización ya que fue proclamada beata el 19 de octubre de 2003 en otra ceremonia multitudinaria en el Vaticano.
Un proceso para el que se han necesitado dos milagros aprobados -uno para la beatificación y otro para la canonización- y que han sido la “curación inexplicable” de una mujer india de religión animista, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998, y del brasileño Marcilio Andrino, que se curó de una grave infección cerebral en 2008.
La madre Teresa de Calcuta, que será conocida como la santa de “los más pobres entre los pobres”, “la santa de la misericordia”, es también la primera santa premio nobel, pues recibió el galardón dedicado a la Paz en 1979.
La reina Sofía, en primera fila
La reina Sofía ha asistido a la ceremonia en primera fila del sector reservado a delegaciones extranjeras, encabezando la delegación española en esta ceremonia y que está compuesta por la presidenta del Congreso, Ana Pastor; el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, y el secretario de Estado para la Unión Europea en funciones, Fernando Eguidazu.
Doña Sofía ha elegido un traje de chaqueta blanco, color que se les permite sólo a las reinas católicas, pero en esta ocasión decidió no llevar mantilla como un gesto para alabar la sencillez de la madre Teresa de Calcuta, según informó a Efe la Casa Real.
Durante la ceremonia se ha protegido del fuerte sol en la capital italiana con una sombrilla blanca, gafas de sol y un abanico blanco. Lleva consigo en este acto una medalla de la congregación de las Misioneras de la Caridad, fundada por madre Teresa, y que la religiosa le entregó durante uno de sus encuentros, precisa la Casa Real.