Un jurado popular juzgará desde este martes a cuatro hombres acusados de matar a balazos al dueño de una agencia de cambio de dinero durante un asalto cometido el año pasado en la ciudad de Neuquén, para el cual uno de ellos, que era conocido, actuó como nexo de otro, que simuló ser un cliente, mientras que los dos restantes se disfrazaron para poder sorprenderlo en su oficina, informaron hoy fuentes judiciales.
El hecho que será debatido en el juicio oral con jurados es el homicidio de Miguel “El Ruso” Auer, un agenciero de 58 años que tenía una oficina donde realizaba operaciones de cambio de dinero en la zona de avenida Argentina y San Martín.
La audiencia comenzará a las 9 luego de que hace una semana fue realizada la selección de jurados (doce titulares y cuatro suplentes, en igualdad de varones y mujeres), en la Ciudad Judicial, con la participación del fiscal jefe Juan Agustín García, junto a la asistente letrada Guadalupe Inaudi.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el Ministerio Público Fiscal (MPF) imputó a Jorge Falconi, Gabriel Castro, Jorge Sosa y Miguel Livello el delito de “tentativa de robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con homicidio triplemente calificado, por haber sido cometido criminis causa, con el concurso premeditado de dos o más personas y por uso arma de fuego”, que prevé la pena de prisión perpetua.
Los primeros tres acusados son considerados coautores, mientras que el restante, partícipe necesario.
Para que los sospechosos sean declarados culpables, se requieren al menos ocho votos de los doce titulares del jurado popular y, en caso de que sean menos, el veredicto será de no culpabilidad.
Según las fuentes, alrededor de 45 personas fueron convocadas como testigos para responder las preguntas de la fiscalía y de los defensores.
“Una pericia estableció que mi defendido no es la persona que aparece en los videos, es inocente”, dijo a Télam el abogado Elio García, quien junto a su colega Maximiliano Gómez representa a Castro, el acusado que para la fiscalía simuló estar interesado en una operación de compra-venta de divisas para poder acceder a la oficina de la víctima.
De acuerdo a la teoría del caso del MPF, el 24 de octubre de 2022, Castro, Falconi y Sosa ingresaron a una oficina de “El Ruso” Auer con fines de robo.
Para eso -siempre de acuerdo a la acusación-, llegaron al lugar en dos camionetas, una de ellas conducida por Livello, quien, si bien se quedó en uno de los rodados, para el fiscal desempeñó un rol fundamental en el desarrollo del plan, ya que tenía una relación de confianza previa con la víctima y fue quien le presentó a Castro.
Mientras tanto, para la fiscalía los otros tres hombres desempeñaron cada uno una función determinada en el plan: Castro continuó con un personaje ideado días atrás, cuando conoció a la víctima, utilizando un bastón, lentes de lectura y una boina; Falconi se colocó un parche en el ojo y lentes y, en una mochila, transportó un inhibidor de alarmas; y finalmente, Sosa llegó vestido con un traje oscuro y lentes de sol.
De acuerdo a la acusación, cuando Castro se anunció y la víctima le habilitó el paso a su oficina, los otros dos también ingresaron.
El fiscal García relató que los tres subieron por el ascensor, pero sólo Castro llegó al piso de la oficina, ya que los otros dos descendieron en la planta anterior y aguardaron en la escalera hasta que Auer le abrió al primero de ellos.
En ese lapso, Falconi acondicionó el inhibidor de alarmas y Sosa extrajo un arma de fuego calibre .40 que dejó preparada para disparar.
Cuando Auer habilitó el paso a Castro y notó que los dos restantes lo abordaban, intentó sacar un arma que portaba, pero Sosa le efectuó los dos disparos que lo dejaron gravemente herido y que le ocasionaron su muerte 11 días después, el 4 de noviembre, en el Hospital Castro Rendón.
Tras efectuar los disparos, todos escaparon en los vehículos en los que habían llegado y desplegaron el plan de fuga de dos de los imputados, que incluyó viajes a Viedma, Buenos Aires y Mendoza y cambios de teléfonos.
La investigación incluyó el análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad y de una serie de pericias que permitieron identificar a los presuntos autores del hecho.
Primero fue detenido Castro en Neuquén capital, luego Sosa y Falconi en la localidad de Las Heras, Mendoza, y por último Livello, en marzo de este año en la provincia patagónica.