En el Gobierno no cayó bien el último mensaje difundido por el FMI en el que pide un tipo de cambio más alto y alerta sobre dificultades fiscales.
Sergio Massa, Ministro de Economía, busca ceder lo menos posible a los reclamos de devaluación que recibe del FMI mientras trata de que el nivel de actividad no se siga frenando, ante las cercanas elecciones primarias.
Con un dólar blue en zona de $530 y los importadores remarcando sus mercaderías casi al valor de la divisa marginal, la tensión cambiaria va en aumento.
En el Gobierno no cayó bien el último difundido por el FMI en el que pide un tipo de cambio más alto y alerta sobre dificultades fiscales.
Sostienen que la oportunidad para dar a conocer ese reporte, en medio de las negociaciones, generó más ruido en un mercado ya de por sí sensible.
En el tramo final de las negociaciones, el Gobierno apuesta a un nuevo dólar para el agro y a la aplicación de otro impuesto sobre las importaciones.
Son pasos hacia una devaluación que el próximo gobierno deberá ir ordenando si aspira a fomentar la llegada de inversiones.
Massa aspira también a dejar de lado el reclamo del Fondo Monetario de mayor ajuste fiscal.
Su argumento es que el déficit está siendo provocado por el derrumbe de las exportaciones provocado por la sequía.
Por eso, desde el Palacio de Hacienda aseguran que se mantendría la meta de déficit fiscal de este año en torno a 2% del PBI, 0,1 puntos superior a la del acuerdo original.