La homilía estuvo marcada por la presencia de agentes policiales, que revisaron los bolsos de la gente a varias calles de distancia de la Plaza de San Pedro.
En medio de un fuerte operativo de seguridad en una Europa en alerta ante la amenaza de atentados terroristas del grupo extremista Estado Islámico, el papa Francisco pidió ayer combatir al río de miseria, injusticia y violencia de un mundo indiferente en el que muchos sufren.
“¿Cómo puede ser este un tiempo de plenitud, si ante nuestros ojos muchos hombres, mujeres y niños siguen huyendo de la guerra, del hambre, de la persecución, dispuestos a arriesgar su vida con tal de que se respeten sus derechos fundamentales? ¿Cómo es posible que perdure la opresión del hombre contra el hombre, que la arrogancia del más fuerte continúe humillando al más débil, arrinconándolo en los márgenes más miserables de nuestro mundo?”. También se preguntó “hasta cuándo la maldad humana seguirá sembrando la tierra de violencia y odio, que provocan tantas víctimas inocentes”.
El Papa pidió superar lo que llamó “un río de miseria” a través de la “construcción de un mundo más justo y fraterno”.