La maestra denunció a los dos padres. Según la víctima, fue golpeada porque su hermanito no paraba de llorar. Peligra la patria potestad.
Con sus ropas raídas y sucias, los ojos rojos, visiblemente golpeada, una niña de seis años se presentó en la escuela y confió a su maestra que la golpeó su padre, furioso porque no paraba de llorar su hermanito.
El hecho movilizó a la docente, a la policía, a una fiscal y en menos de 24 horas, el sujeto fue esposado, detenido y ahora enfrenta un proceso Penal que en el peor escenario acabaría con él lejos de la víctima y despojado de la patria potestad.
El escenario fue una escuela en Brea Pozo, San Martín. Según el proceso que timonea la fiscal Cecilia Gómez Castañeda, el hecho se produjo días atrás. El martes la nena arribó a la escuela a las 7 de la mañana.
Ni bien vio a su maestra, la alumna corrió a abrazarla. “Mi papi me golpeó en la cara“, habría revelado. Al instante, la maestra notó en la niña un hematoma en el sector derecho del rostro y el ojo derecho con un trono muy rojo.
Contención
La maestra atinó a contenerla y le relatara lo que había pasado. La niña le manifestó que el fin de semana su hermanito se encontraba llorando. Su papá se enfureció y golpeó a su esposa, es decir madre de los niños. Fuera de sí, la arrojó en la cama y sostuvo de su cuello uno instantes. Después, lo sufrió la nena de 6 años. Y el adulto la paralizó de un fuerte parchazo en el rostro.
Urgente, la docente comunicó lo ocurrido a sus superiores y al mediodía tuvo frente suyo a los padres.
“Ella sola se ha golpeado jugando”, habría indicado la madre, intentado explicar tamaño culto a la violencia desmedida, más aún tratándose de una niña que no pudo defenderse.
El padre aportó la cuota de insólito `sincericidio`. “Si ella se porta mal, la voy a volver a golpear. Así se educa a los chicos, como antes”, trascendió. “Ella le tomó el pelo a usted también. Por eso le hace lo que le hace”, habría acotado.
La maestra preguntó por qué la alumna concurría a la escuela con tan mal aspecto externo e higiénico, dicho con decoro. “Es responsabilidad de usted docente el atenderla”, juzgó el padre, provocando gestos de incredulidad en la docente.
Ellos toman vino
Al ahondar la denuncia, la maestra agregó que la alumna confió que sus padres beben alcohol y que hasta llegaron al extremo de invitarle. “Cuando van al campo siempre me dejan sola”, enfatizó la alumna, arrojando más tinta sobre el precipicio en que quedó sumergido, al menos su padre.
Excluirlo ya o monitorear su devaluada patria potestad
El objetivo de la Fiscalía trasciende mucho más allá de la sola detención del padre de la menor. Ahora, Gómez Castañeda profundizará el “bisturí” penal y nadie descarta que hasta solicite intervención de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia.
Lo más rápido posible, entre numerosos funcionarios, incluido el Juzgado de Menores, se intentaría “zarandear” la crianza y educación de la nena. Todos coincidían anoche en que la teórica falta de educación en los adultos, o limitaciones económicas, no pueden justificar tamaño culto a los malos tratos.
En ese contexto, barajaban dos escenarios: uno en el que, aún apresado, el padre tendría luego una nueva oportunidad y su devaluada “patria potestad” acabe monitoreada por la Justicia.
Por el contrario, la otra corriente alentaba la inmediata exclusión de su hogar, por considerarlo un peligro para su hija, a quien ni siquiera su madre podría defenderla.