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Volver a la escuela, una oportunidad para el nuevo modelo educativo

Nuevos desafíos enfrentan los docentes, los directivos, estudiantes y las familias en esta vuelta a la escuela. Muchas preguntas surgen sobre la vuelta: ¿queremos seguir enseñando como antes?, ¿qué nos dejó el año pasado acerca de las diferentes formas de enseñar? Es el momento de repensar las metodologías y el rol importante que ocupa la escuela. ¿Será que si volvemos a lo mismo de antes de la pandemia no habremos aprendido nada?
Este es un año superador, es claramente el año donde se pone a prueba el nuevo modelo educativo dual del que tanto nos han hablado y que hoy es una realidad. Lo que hagamos este año va a quedar para las próximas generaciones. Si hay algo que aprendimos luego de un año entero de educación remota es la importancia de la presencialidad: de la escuela como espacio de encuentro en el que los chicos y las chicas pueden estar con sus pares y con sus docentes, fuera de casa, aprendiendo a vivir en comunidad. La escuela que todos extrañábamos tanto resulta esencial para el bienestar emocional de los chicos y las chicas. Además, se vuelve especialmente relevante para todos aquellos que quedaron desconectados de la escuela durante el año pasado.
La enseñanza virtual complementa muy bien lo presencial, en el sentido de que permite mayor flexibilidad y contribuye a una mejor organización de los tiempos y a un trabajo más autónomo. Sin embargo, esta autonomía de la que hablamos requiere “aprender a aprender”, y eso es algo que debemos enseñar desde los primeros años de la escuela primaria: cómo aprendo a concentrarme, cómo aprendo a interpretar una consigna, cómo aprendo a buscar información. Todo eso es algo que alguien nos lo tiene que enseñar alguna vez.
Paulo Freire en su famoso libro Pedagogía de la libertad (1996) escribió “Quien enseña aprende en el acto de enseñar y quien aprende enseña en el acto de aprender” A pesar de las abrumadoras consecuencias de la pandemia, esta crisis mundial ha sido también un momento extraordinario para el aprendizaje.
Resultan fundamentales la capacitación docente y la formación inicial de quienes van a serlo. En este sentido, es importante seguir elaborando acciones para que los docentes se puedan apropiar de metodologías de trabajo activo y que así los alumnos puedan aprender a reflexionar sobre su práctica. Y que, a su vez, sean capaces de incorporar tecnologías digitales de manera potente, que les permitan conectar con la vida real y con el sentido más profundo de cada uno de los contenidos que enseñan.
Las investigaciones muestran que la calidad de los maestros es un factor determinante del aprendizaje y el bienestar de los niños. Es fundamental empoderar a los profesores, invirtiendo en el desarrollo de las habilidades necesarias y en su capacitación para poder así explotar todo el potencial del aprendizaje a distancia e híbrido.
Las intervenciones tecnológicas deben facilitar las interacciones entre profesores y alumnos, mejorando el acceso a los contenidos, los datos y las redes, ayudando a los profesores a apoyar mejor el aprendizaje de los alumnos. Las escuelas deben ir a la búsqueda de los estudiantes, convocar aquellos que han quedado desvinculados. En estas primeras semanas de clases estamos viendo en algunas jurisdicciones que ya han comenzado; es una fuerte desigualdad respecto de lo que pudieron hacer y aprender durante el año pasado. Por diferentes motivos hay chicos que estuvieron prácticamente desvinculados de la escuela, otros que tuvieron un trabajo de baja intensidad, y otros –ya sea porque tenían el contexto adecuado, por el apoyo de sus familias o bien porque contaban con la tecnología necesaria– sí pudieron sostener los aprendizajes.
¿Qué puede hacer un maestro o profesor en esta situación? Hay que pensar distintos recorridos y acompañamientos para los estudiantes, incluso con docentes específicos que puedan trabajar con quienes hayan quedado desconectados y necesitan recuperar aprendizajes prioritarios. Realizar actividades que enriquecen al estudiante a través del aula invertida o el aprendizaje basado en proyectos donde son protagonistas del aprendizaje.
Hoy varios países han combinado enfoques de alta y baja tecnología para ayudar a los profesores a apoyar el aprendizaje de los alumnos. Los maestros dan forma al futuro de millones de estudiantes todos los días, afectando la forma en que nos tratamos, la forma en que trabajamos, lo productivos que somos y también lo felices y seguros que somos como adultos. A través de la educación se da forma a sociedades y países. Todos recordamos el nombre de aquel maestro que hace muchos años dijo o hizo algo que fue una inspiración, un cambio de vida. Esos son los maestros que entienden cuán importantes son sus acciones y comportamientos cotidianos para dar forma al futuro de sus estudiantes.
No podemos perder de vista como sociedad que se debe promover una educación de calidad para todos, sin dejar a nadie afuera. Hoy se ha puesto en evidencia la brecha digital. Lo que vimos el año pasado, y luego nos confirmaron los datos, es que la mitad de las familias no cuentan con una conexión confiable a internet o no tienen conectividad, ya sea porque utilizan datos móviles o acceden a una banda ancha de muy baja calidad. Además, muchos estudiantes no disponen de celulares o cuando los tienen muchas veces son compartidos por varios integrantes de la familia, y en buena parte de los casos carecen de computadoras. Por estas razones, universalizar la conectividad y contar con dispositivos se convierte en una de las principales claves dentro de los desafíos en el corto plazo.